Los especialistas están alarmados: La iniciativa de Manlio Fabio Beltrones de venderles a extranjeros las franjas costeras del país es un atentado a la soberanía y a la integridad territorial de México. Las inmobiliarias estadunidenses vendrán en avalancha, aseguran, a adquirir terrenos y despojarán impunemente a quienes ya viven ahí.
La modificación al artículo 27 constitucional que permitirá a los extranjeros comprar terrenos de playa para construir viviendas desatará una “agresiva avalancha inmobiliaria” encabezada por grandes empresas estadunidenses que se adueñarán de vastas zonas costeras e insulares de México para levantar ahí fraccionamientos exclusivos para sus paisanos.
Este fenómeno –avizoran los especialistas– acarreará despojos de tierra contra las ya de por sí empobrecidas comunidades costeñas, que irán perdiendo sus accesos al mar y serán marginadas por los nuevos propietarios estadunidenses, con mucho mayor poder adquisitivo y estándares de vida.
Nadie garantiza tampoco, advierten, que los dueños extranjeros usen las franjas costeras y fronterizas solo para fines residenciales, pues también podrán utilizarlas para actividades comerciales o incluso para realizar labores de tipo político que podrán vulnerar la soberanía nacional.
Daniel Olivares Villagómez, experto en planeación y desarrollo turístico, señala: “El 27 es sobre todo un artículo defensivo ante posibles agresiones a nuestro territorio nacional, como las que padecimos en el siglo XIX. Tiene una razón histórica. Pero esta reforma que hoy impulsa Manlio Fabio Beltrones intenta quitar esos candados al abrir nuestras franjas costeras a los extranjeros. Es una reforma muy riesgosa para la soberanía del país”.
–¿En qué consisten estos riesgos?
–En primer lugar se vendrá una agresiva avalancha inmobiliaria por parte de compañías de Estados Unidos que empezarán a comprar grandes extensiones de franja costera para construir zonas residenciales exclusivas para estadunidenses, un fenómeno que ya se viene dando, sólo que actualmente lo hacen mediante la figura del fideicomiso pues la Constitución les impide tener el dominio directo de las playas.
–¿Por qué solo menciona a los estadunidenses?
–Por ser quienes siempre han estado interesados en nuestro territorio. Su gran poder adquisitivo les permitirá adquirir fácilmente franjas costeras. Allá hay un impresionante mercado de gente que desea hacerlo y que tiene una arraigada cultura de playa. También allá existen las compañías inmobiliarias más grandes del mundo, que han de estar frotándose las manos ante la posibilidad de realizar jugosos negocios en México.
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