Un grupo de 20 hombres armados tomó anoche el poblado de Gran Morelos, luego de sostener un enfrentamiento con policías municipales de aquella región, lo que dejó tres uniformados y un civil muertos.
De acuerdo con El Diario de Chihuahua, los sujetos, que viajaban a bordo de tres camionetas, asesinaron primero a un policía municipal y a un civil que iban en una Ram color blanco con placas de circulación DZ 83899 sobre la calle principal San Nicolás de Carretas y Esteban Maldonado.
Los cuerpos de los dos hombres quedaron a un costado del vehículo, ya que al parecer alcanzaron a bajar en un intento de huir de los asesinos.
Tras cometer el crimen, los sicarios tomaron por la calle San Nicolás y al llegar a la calle José Guerrero Zubía interceptaron a la unidad P-002 de la Policía Municipal, donde viajaban dos agentes que repelieron el ataque, aunque finalmente fueron abatidos por los homicidas.
Tras haber cometido los crímenes, el comando continuó recorriendo las calles del poblado, causando pánico entre los habitantes quienes se resguardaron en sus casas.
Posteriormente el comando tomó la carretera y huyó con rumbo desconocido.
Elementos de la Policía Estatal Única acudieron a Gran Morelos junto con agentes de la Policía Federal y efectivos del Ejército para resguardar la zona. Sin embargo, no lograron ninguna detención.
El poblado permaneció sitiado durante varias horas sin que las fuerzas de seguridad lograran encontrar rastros de los sicarios.
Identifican a policías
La Fiscalía General del Estado dio a conocer la identidad de los tres policías que fallecieron anoche en un enfrentamiento con un grupo de 20 sicarios, quienes entraron al pueblo en tres camionetas. Un civil también fue abatido.
Los tres policías que pertenecían a la Dirección de Seguridad Pública Municipal de Gran Morelos eran Luis Raúl Aguayo, de 26 años; Gerónimo Cruz Cepeda, de 28 y José Alfredo Molina Hernández, de 36. El civil ejecutado no fue identificado.
Los delincuentes huyeron con las armas de los tres policías, mientras que los agentes de la Fiscalía General del Estado aseguraron casquillos de cuatro calibres: .223, utilizado por los rifles R15; 7.62×39, de los AK-47; .308 y 9 milímetros.
Los testimonios
“Duró sólo cinco o diez minutos, me dio mucho miedo porque se me vino luego luego a la mente mi papá. Siempre que pasa algo pienso en él”, dijo una adolescente que vivió anoche la balacera en Gran Morelos, Chihuahua.
Ella busca a su papá, junto con su mamá, desde octubre del 2011. Anoche estaba sola mientras su mamá regresaba de la casa de su abuelita. A unas tres cuadras se registró una balacera perpetrada por unos 20 hombres armados.
La adolescente no pudo dormir, como gran parte del poblado, donde viven más de 3 mil personas, ubicado en la zona centro del estado y a unos cien kilómetros de la capital.
“Estuvieron tire y tire seguido. Pensé que eran cuetes, pero no, cuando me di cuenta me dio miedo y tuve que esperarme para salir, hasta que me tranquilizó un ama de casa, quien estaba por regresar a su casa cuando escuchó los balazos.
Eran alrededor de las 21:40 horas. Caminó unas cinco cuadras hacia su casa, todo parecía tranquilo. “No había nadie en la calle, todos estaban en sus casas”, contó.
“Hay muchos soldados desde anoche, nada más. No sabemos lo que pasó, pero yo creo que ha de ser por la política, ya ve que cuando hay elecciones se pone feo acá”, opinó otro habitante de Gran Morelos.
Los militares se instalaron en un salón cerca de la Presidencia Municipal, lo que les dio cierta tranquilidad a los habitantes.
Antecedentes
Los municipios de Gran Morelos y Belisario Domínguez se ubican en un corredor de pueblos, cuyo camino desemboca en Nonoava, y son conocidos como ruta de droga, que controla un grupo delictivo que sostiene una disputa con el cártel de Sinaloa.
Esa ruta conecta al centro del estado con la zona occidental. Por su posición estratégica, había sido escenario de una lucha silenciosa por el control de la región, con ejecuciones, enfrentamientos armados y aprehensiones de funcionarios policiacos presuntamente ligados con el narcotráfico.
Esa lucha se evidenció la situación de inseguridad derivada del tráfico de drogas, durante las elecciones locales del 2010. En julio, hace tres años, ganó la alcaldía el candidato priista Ricardo Solís Manríquez.
El lunes 9 de octubre, Solís tomaría posesión del cargo, pero el 24 de septiembre atentaron contra él cuando viajaba con otras dos personas por la carretera Chihuahua-Cuauhtémoc, a la altura del kilómetro 9+500.
Bajó a una farmacia veterinaria, llegó un grupo de sicarios y disparó contra él. Resultó herido, le dispararon en la cabeza y permaneció en coma varios meses.
En su lugar rindió protesta como alcalde Tomás Arturo Antillón Escárcega. La situación en el municipio estaba en aparente calma. Ese mismo año asesinaron en la capital a la exalcaldesa de Gran Morelos (1998-2001), Luz María García Villagrán, de 40 años y a su madre, Cecilia Villagrán Ramos, de 60, así como a una niña de la misma familia.
Cuando Ricardo Solís se recuperó, tomó posesión de su cargo el 22 de noviembre del 2011.
El 13 de diciembre de ese mismo año, asesinaron a la secretaria del ayuntamiento, Olaya Gutiérrez Montes y a un escolta del jefe de Seguridad Pública Municipal.
Días más tarde, el 20 de diciembre, asesinaron con su hija de 10 años a Luis Arturo Antillón, hijo del expresidente interino Tomás Antillón.
La Fiscalía General del Estado aprehendió a nueve hombres, uno de ellos dijo que cometió el asesinato porque la víctima participó en el homicidio de Olaya Gutiérrez, pero hasta ahora continúa abierta la investigación.
En ese contexto había vivido la gente de Gran Morelos, en aparente calma, hasta anoche, que la intranquilidad los atemorizó de nuevo.
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