domingo, 21 de octubre de 2012

EPN pone a México en oferta: petróleo, energía…


Enrique Peña Nieto colocó en una charola la energía, el petróleo, la construcción de infraestructura y otras áreas económicas y los fue a ofrecer a España, país al que dijo que ayudará a salir de la crisis. El acento lo puso en los hidrocarburos –sector que pretende “abrir” a comienzos del próximo año– y en la infraestructura, áreas donde el empresariado español ya tiene metido un pie y donde una pieza fundamental ha sido José Andrés de Oteyza, presidente de la constructora OHL-México.
MADRID.- La mañana del lunes 15 Enrique Peña Nieto inició aquí su mensaje definiendo cómo desearía la relación de su próximo gobierno con España y sus empresas:
“Esta relación México-España –que se ha venido consolidando a lo largo de los años– tiene mucho más que dar, tiene mucho que deparar en el desarrollo y en el beneficio de ambos pueblos. Vengo a reafirmar la voluntad política del gobierno que habré de encabezar para intensificar los lazos de hermandad y de relación comercial, de amistad con España” para que “se consolide aún más”.
Lo dijo en cónclave con 43 presidentes y altos ejecutivos de los mayores consorcios españoles –prácticamente todos con presencia en México– a quienes les anunció que impulsará una reforma energética que permita abrir Petróleos Mexicanos (Pemex) a la inversión privada en exploración y explotación y que seguirá alentando la inversión en infraestructura, aprovechando la Ley de Asociaciones Público-Privadas –como lo hizo en su estado natal–, lo que sus críticos en México califican como una “subasta salvaje del país” (Proceso 1773).
Al dar la bienvenida a Peña Nieto a la reunión –que estaba agendada entre las actividades de su gira europea– el embajador de México en España, el panista Francisco Ramírez Acuña, la describió como “una reunión de buenos amigos”.
El priista desglosó sus propuestas en esta suerte de paseíllo ante el empresariado español, en algo similar a lo que hicieron sus antecesores priistas Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo o los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón, prometiendo apertura para nuevas inversiones.
Ahí ofreció el apoyo de su futuro gobierno para que España salga de la crisis económica, enunciado que repitió más tarde en sus encuentros con el presidente Mariano Rajoy y con el rey Juan Carlos y el príncipe Felipe.
Pero no precisó cómo lo hará.
No obstante la primera señal favorable a España la difundió su equipo de transición la noche del viernes 12, en un comunicado en el que respaldó el acuerdo de Pemex con los astilleros gallegos para la construcción de dos buques-hotel.
El tema no fue retomado por los medios impresos sino hasta el domingo 14, por la inusual hora de difusión del comunicado.
Pero repitió el mensaje el lunes 15, luego de su encuentro con Rajoy: “He comprometido que mi gobierno habrá de continuar con las gestiones iniciadas por Pemex y los astilleros de Galicia para los barcos-hoteles que se habrán de construir. Es algo que Pemex está necesitando y creo que el acuerdo que se ha llevado a cabo genera condiciones favorables tanto para los constructores como para Pemex.
“Los Churumbeles”
Ante los empresarios dijo: “He propuesto impulsar una reforma energética y sobre todo una mayor participación del sector privado en la exploración y explotación de Pemex”. Y subrayó: “Nunca he postulado la privatización de esta gran empresa; por el contrario, he señalado que el Estado debe mantener la propiedad y rectoría sobre los hidrocarburos del país”.
Lo expuso teniendo a su lado a su colaborador Luis Videgaray, jefe del equipo de transición, quien 11 días antes había declarado a The Wall Street Journalque esa apertura de Pemex está “al alcance de la mano”. Incluso adelantó que “con suerte, la haremos a principios del próximo año”, dijo.
Peña Nieto aseguró que con base en “experiencias exitosas” de otros países México podrá crear su propio modelo “a partir de la participación del sector privado. No privatización sino ampliar la empresa y desarrollar mayor infraestructura”. También se refirió al impulso que piensa dar a las energías renovables, tema del que habló en Alemania, el primer punto de su gira europea.
A los constructores presentes Peña Nieto les anunció que impulsará una “mayor participación del sector privado” en desarrollos de infraestructura. “Aquí hay empresas que conozco, que han trabajado y realizado inversiones en infraestructura en el país. Queremos alentar mayores inversiones para el desarrollo de infraestructura. Tomemos ventajas de la Ley de Asociaciones Público-Privadas”, les planteó.
En la mesa había representantes de la empresa que más contratos de obra obtuvo de Peña Nieto en el Estado de México: Juan Miguel Villar Mir, presidente de OHL; José Andrés de Oteyza, presidente de OHL-México y Emilio Lozoya Austin, quien renunció a finales de agosto a su puesto en los consejos de administración y de auditoría de OHL-México para asumir la vicecoordinación de vinculación internacional del presidente electo.
En el libro El cártel español. Historia crítica de la reconquista económica de México y América Latina (1898-2008) (Foca, 2011), Oriol Malló describe a De Oteyza como “hijo de refugiados republicanos y ministro de Patrimonio y Fomento Industrial en el gobierno de López Portillo, convertido en presidente de OHL-México, que ganó para esta constructora española las principales y más suculentas contratas para varios ejes, varios de pago que estaba licitando el gobierno del Estado de México, un añejo bastión del PRI”.
Lo identifica como uno de los llamados “Churumbeles de López Portillo” porque fue “un personaje decisivo en alguno de los más grandes arreglos institucionales entre México y España desde fines de los años 70, que se tradujeron en la multimillonaria inversión de Pemex en la refinería de Petróleos del Norte (Petronor), en Muskiz, Bilbao”, plantea.
“De alguna forma, aquel personaje decisivo en los nuevos arreglos institucionales entre España y México, José Andrés de Oteyza, inició desde 1978 una entente cordiale entre los altos funcionarios del INH (Instituto Nacional de Hidrocarburos) y la tecnocracia mexicana, liason poco explorada pero altamente redituable a futuro porque incluía variados negocios en un terreno donde el Estado español dependía de la buena voluntad de sus socios aztecas”, asegura el periodista catalán afincado en México.
En esta investigación el autor profundiza en las redes hispano-mexicanas y de otros países latinoamericanos que “gracias a la cooptación, la corrupción y la seducción” monopolizaron los mercados de la obra pública, agua, energía, turismo, medios y telecomunicaciones, “redes de hispanidad que son hoy el principal ariete contra el cambio y la soberanía en las Américas”.
(Fragmento del reportaje que se publica esta semana en la revista Proceso1877, ya en circulación)
Fuente: Proceso http://ht.ly/eDAWU

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