La hora de luchar

Enfrentamos ahora una época difícil, con corrupciones que brincan de un lado a otro y cada vez resulta más frecuente encontrarnos con que otro personaje importante o famoso está coludido de alguna manera con la delincuencia. Sea vía robo, fraude, soborno, narcotráfico, entre otros, poco a poco empiezan a aparecer culpables. Y la pregunta es, ¿nos vamos a dejar? ¿Vamos a permitir que se sigan saliendo con la suya? Si te consideras un mexicano de verdad, deberías contestar con un NO rotundo.

Ya no podemos darles más oportunidad a que sigan pisoteando nuestros derechos. No es posible que la Gordillo se arme fiestas de 153 millones de pesos, que Peña Nieto se gaste otros tantos más sin siquiera ser aún "presidente" ni tampoco que se derrochen cantidades excesivas de dinero en trivialidades y extravagancias, todo esto cortesía del trabajo duro de quienes podemos, pues muchos más se las deben ver negras enfrentando la pobreza.

Es el momento de despertar, de luchar y de convencerse de que podemos y debemos exigir nuestros derechos. Tarde que temprano este combate te va a alcanzar, y te darás cuenta de que, si aspiras a una vida más digna, la única opción es entrarle a la pelea, no a golpes, sino con conciencia. Hace 6 meses estaba arranado en el sillón esperando a ver qué sucedía con el futbol mexicano. Afortunadamente pude despertar a tiempo y percatarme de lo que ocurría, aunque nunca me imaginé que iba a estar tan metido en este intento por defender lo justo. Así como me pasó a mí, también te puede pasar a ti, y a todos en general. Para luchar por la equidad no se necesita nada más que convencerse de que es posible.

Podrán tacharnos de idealistas, de locos, de soñadores, pero no podrán decir que no lo intentamos. No podemos morirnos sin haber opuesto resistencia. Es el momento de pelear por México, por quienes vivimos ahorita en el país y por quienes van a sufrir las consecuencias de lo que hagamos o dejemos de hacer. Así, quiero invitarlos a que no se rindan. Si están aquí leyendo esto es porque están convencidos de que algo está mal en la nación y que hay que tratar de cambiarlo. Si este escrito les llegó por otro lado y aún creen que todo está bien, ¡despierten! Hay muchas cosas que se deben mejorar a la voz de ya, y únicamente mediante la resistencia pacífica y la exigencia del cumplimiento de nuestros derechos se puede recomponer el camino. No desistan, que esto apenas comienza. Es una lucha permanente, al menos hasta que se restauren las condiciones mínimas de dignidad y respeto que se nos debe como mexicano.