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Amigos muchos saludos desde Paris, aqui les envio el discurso que se hizo por la defensa de PEMEX. Gracias por todo el trabajo que hacen y salud!
Compañeros y amigos aquí presentes, compatriotas en México, estamos hoy aquí reunidos para denunciar la estrategia del gobierno usurpador de Enrique Peña Nieto para entregar a empresas transnacionales un recurso de nuestro país que constituye un elemento fundamental para la soberanía nacional, el petróleo.
Los argumentos que utilizan para justificar esta felonía son que PEMEX es una empresa en quiebra y que los mexicanos no tenemos la capacidad ni la tecnología para la extracción en aguas profundas, ambos tan falsos como las declaraciones de Jesús Murillo Karam, diciendo que la explosión del atentado contra las oficinas de PEMEX tuvo como origen la acumulación de gas, aunque todavía no saben de donde salió este gas.
No nos dejemos engañar por estos traidores a la patria lacayos del imperio yanqui, la renta petrolera constituye el 38% del presupuesto nacional, ¡eso no es una empresa en quiebra! La extracción en aguas profundas, según Fernando Siqueira, ingeniero de Petrobras entrevistado por Carmen Aristegui en 2012, es sencilla y los equipos existen en el mercado internacional, incluso Petrobras ofreció asesoría de sus ingenieros jubilados sin pedir nada a cambio. ¡PEMEX tiene toda la capacidad técnica y profesional para extraer ese petróleo en aguas profundas, no necesitamos dar concesiones a ninguna compañía extranjera!
Otra mentira que se dijo alguna vez es que México ya no tenía petróleo, pero en el año 2009 se dio a conocer la existencia de un gran yacimiento en Chicontepec con reservas equivalentes a la mitad de las de Arabia Saudita, con esto México está dentro de los cuatro primeros países con mayor número de reservas petroleras en el mundo. Desde entonces otros yacimientos han sido descubiertos.
La historia nos muestra dos cosas importantes que debemos tener en cuenta: primero que los Estados Unidos siempre han pretendido quedarse con nuestro petróleo, y segundo que el ingenio y la perseverancia de los mexicanos siempre han superado los problemas técnicos ligados a la actividades petroleras.
La utilización del petróleo en nuestro país tiene un origen muy antiguo, desde la época prehispánica, nuestros antepasados lo utilizaban con fines medicinales, como impermeabilizante, y lo quemaban en ceremonias religiosas. Durante muchos años los brotes naturales de petróleo conocidos como chapopoteras, tuvieron mas o menos los mismos usos.
A fines del siglo XIX, las compañías extranjeras comenzaron las exploraciones en México, empezaron a refinarlo en 1887 y a explotarlo industrialmente en 1901. Desde el principio el peritaje, la evaluación y la mano de obra, nacionales fueron de primordial importancia, siendo el primer pozo realmente comercial, el pozo “La Pez No. 1”, perforado en San Luis Potosí gracias al análisis del ingeniero mexicano Ezequiel Ordóñez en abril de 1904.
A partir de 1920 las transnacionales estuvieron presionando e incluso amenazando a los gobiernos mexicanos con intervenciones militares de sus países si se intentaba hacer válido el artículo 27 de la constitución de 1917. Los grandes monopolios ingleses, holandeses y estadounidenses llegaron a producir hasta el 90% del petróleo mexicano.
En los Tratados de Bucareli de 1923 el gobierno estadounidense hizo presión una vez más para que el artículo 27 no fuera retroactivo en lo concerniente a la industria petrolera a cambio de reconocer al gobierno de Álvaro Obregón.
Después de la expropiación de Lázaro Cárdenas, miles de personas de todas las clases sociales organizaron enormes manifestaciones de respaldo al gobierno el 23 de marzo y el 12 de abril, donando hasta gallinas para cubrir la indemnización a las empresas extranjeras. La expropiación fue la liberación del yugo imperialista que por tanto tiempo había sangrado a México, y que no lo dejaba ejercer su propia fuerza y capacidad de desarrollo.
El Reino Unido rompió relaciones diplomáticas con México, los Países Bajos y Estados Unidos decretaron un embargo comercial retiraron a todo su personal técnico y dejaron de comprar petróleo y plata mexicana.
El talento mexicano se manifestó una vez más cuando estudiantes de química del Instituto Politécnico Nacional y la UNAM lograron después de muchos esfuerzos sintetizar el tetraetilo de plomo, utilizado para graduar el octanaje de la gasolina.
La expropiación de la industria petrolera en México además de constituir uno de los actos de defensa de la soberanía nacional más importantes fue también un ejemplo para otras naciones como Irán que hizo lo mismo en 1949, Perú en 1968 y Venezuela en 1976.
A pesar de que México recuperó este importantísimo recurso, las transnacionales jamás se han dado totalmente por vencidas, desde la época de Miguel Alemán el gobierno de México fue cediendo a la presión de las transnacionales y ha ido desmantelando nuestra industria petrolera, dejando en manos de empresas como Schlumberger, Halliburton, Weatherford, Global Drilling Fluids y otras la exploración, perforación, refinación, y petroquímica.
Hoy el gobierno usurpador de Enrique Peña Nieto y sus secuaces signatarios del Pacto por México pretenden entregar también los yacimientos. Con frases ambiguas y rebuscadas pretenden engañarnos diciendo que el petróleo seguirá siendo mexicano pero con capital privado. Es tan ridículo como decir que algo va a mojarse pero que continuará seco.
Vemos pues que a lo largo de la historia nuestro petróleo ha sido codiciado por otros países, especialmente por Estados Unidos y los gobiernos mexicanos no han sabido defenderlo. El pueblo de México, todos nosotros, tenemos ahora una responsabilidad histórica y es necesario que hagamos frente a la situación como lo hizo en su momento el último prócer de la Patria, Lázaro Cárdenas. Es necesario que respondamos ante esta nueva agresión a nuestra soberanía y nos movilicemos como lo hizo la ciudadanía en aquellas manifestaciones de marzo y abril de 1938.
Es necesario organizar una huelga general para obligar al malgobierno a renunciar y dar marcha atrás a esta reforma energética, a la reforma fiscal, a la reforma educativa y a la reforma laboral que contribuirán a empobrecer más aún a nuestro pueblo y desencadenarán más violencia y muerte.
Exigimos
a) que el petróleo y el gas sigan perteneciendo a la nación mexicana
b) que se estudie la posibilidad de expropiación de las instalaciones de empresas extranjeras y que se anulen los contratos abusivos e innecesarios
c) que todas las actividades relativas al petróleo como extracción, refinación y petroquímica sean de nuevo elaboradas por PEMEX y que haya suficiente producción para el mercado interno y para exportación
d) que el sindicato petrolero sea depurado de elementos corruptos
e) que se cree un organismo autónomo y confiable de fiscalización para evitar desvío de recursos, robo y corrupción en PEMEX
f) que las instalaciones petroleras sean modernizadas para que tengan el menor impacto posible en el medio ambiente y se construyan nuevas refinerías
g) que se utilice la renta petrolera como palanca para el desarrollo del país
h) que se destinen recursos a la investigación de nuevas fuentes de energía más limpias y renovables como la solar, eólica, hidráulica, geotérmica, y el biogás.
i) que todos los combustibles utilizados en el país sean refinados en México, y que sean de calidad y de bajo costo para los mexicanos
j) que se aproveche el gas de los pozos petroleros en lugar de quemarlo inútilmente
Compatriotas, el enemigo está entre nosotros y pretende quedarse con toda nuestra riqueza, pero nosotros somos mayoría y nosotros somos quienes decidimos el futuro de nuestro país. No permitamos más rapacidad sobre nuestros recursos ni más corrupción, nuestro país nos necesita. Seamos conscientes de nuestro verdadero poder, ese poder que la oligarquía siempre se ha obstinado en hacernos creer que no existe, ese poder que los aterra por que saben que si lo ejercemos, ya no podrán robar a su antojo. Ellos se afanan contantemente para mantenernos en una situación de ignorancia, de decepción, de miedo y de apatía. ¡No nos demos por vencidos y sigamos luchando! ¡Somos libres de escoger nuestro futuro y nadie puede imponérnoslo! Es hora de preguntarnos a nosotros mismos si vamos dejar que una parvada de buitres nos imponga su voluntad y decida nuestro futuro y el de nuestros hijos. ¡Es hora de que tomemos las decisiones correctas, de que defendamos nuestra soberanía y los obliguemos a renunciar!
¡VIVA MÉXICO! ¡VIVA MÉXICO! ¡VIVA MÉXICO!
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