MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Un sacerdote católico obtuvo ganancias por más de 300 mil dólares con la venta de metanfetaminas afuera de su apartamento en Waterbury, Connecticut durante el segundo semestre del año pasado.
Además, se le acusa de haber sostenido relaciones sexuales vestido de mujer dentro de las instalaciones de la rectoría de la parroquia donde trabajaba.
De acuerdo con un cable de la agencia noticiosa AP, Kevin Wallin comparecerá la próxima semana en la Corte de Distrito de Hartford en una audiencia en la que se declarará culpable de posesión de droga con intención de distribuirla.
El religioso de 61 años, suspendido por la Iglesia católica, se surtía de droga desde California o probablemente de México.
Con las ganancias obtenidas, Wallin compró una tienda de videos y juguetes eróticos en el poblado de North Haven, informaron las autoridades.
El padre, quien es apodado por algunos medios como “Monseñor metanfetamina”, fue sacerdote en la parroquia de San Agustín en Bridgeport durante nueve años, hasta que renunció en junio de 2011 alegando problemas personales y de salud. Anteriormente había estado seis años en la iglesia de San Pedro de Danbury.
En la casa del sacerdote, detenido por agentes de la DEA el pasado 3 de enero, se encontraron instrumentales y material de embalaje para distribuir la droga.
Para capturar al sacerdote se montó un operativo especial que, entre otras estrategias, incluyó una intervención telefónica. Cuatro cómplices del religioso también fueron detenidos.
Las autoridades indican que Wallin habría vendido varios embarques de droga a un elemento encubierto de la policía desde septiembre de 2012 y hasta enero de 2013.
El cura podría enfrentar un mínimo de 10 años en prisión y 20 más por otros delitos.
Las autoridades eclesiásticas observaron que el sacerdote tenía un comportamiento errático tras haberse tomado un año sabático sin avisar, por lo que decidieron darlo de baja en mayo del 2012. Aunque eso no le impidió seguir haciéndose pasar por cura ni abandonar su puesto ni iglesia.
Supuestamente Wallin habría sido descubierto manteniendo relaciones sexuales vestido de mujer en la rectoría de la parroquia donde trabajaba.
Los cinco sospechosos, incluido Wallin, están acusados de participar en una conspiración para distribuir drogas; todos están detenidos sin derecho a fianza.
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