Estamos acostumbrados a ver escenas de manifestaciones donde los policías se enfrentan con los ciudadanos que protestan. Sin embargo, una imagen poco vista y muy humana, tuvo lugar durante una marcha en Filipinas.
La manifestación tuvo lugar el pasado lunes en Quezon City, donde varios ciudadanos protestaban por la falta de vivienda, el desempleo y la pobreza. Tanto esa día, como los anteriores, las protestas terminaron en violentos enfrentamientos con las fuerzas del orden.
En una de estas conglomeraciones, un policía llamado Joselito Sevilla, que se encontraba en la primera línea conteniendo a los manifestantes, fue confrontado por varios manifestantes que le preguntaron por qué los estaban repeliendo. Entonces el policía no soportó más la tensión, y sosteniendo su escudo rompió en llanto y exclamó “Soy un policía, sólo estoy haciendo mi trabajo”.
Varios manifestantes conmovidos consolaron a Sevilla. Uno de ellos lo tomó del hombro y le dijo que todo estaría bien. Otra mujer lo reconfortó mientras le daba un pañuelo para secarse las lágrimas.
Cuando uno de sus superiores se percató de lo que pasaba, retiró a Sevilla de la primera línea.
Más que una imagen curiosa, esta historia nos recuerda que la mayoría de las veces, los policías no son enemigos de quienes protestan, sino personas del propio pueblo, los cuales también tienen problemas y carencias, y que sólo realizan su chamba para sacar adelante a su familia.
Ojalá ambas partes lo entendieran y se respetaran mutuamente.
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