La bautizada como 'repartija' de cupos de poder en el Tribunal Constitucional, el Banco Central de Reserva y la Defensoría del Pueblo realizada por el Congreso peruano el pasado miércoles ha sido la gota que ha colmado el vaso de la indignación en Perú.
Por primera vez, jóvenes sin color partidario convocados por las redes sociales salieron el miércoles a las calles para protestar contra la clase política del país. Este lunes, bajo el lema de 'La democracia está de luto' y los hashtag #Tomalacalle y #22J colectivos diversos que van desde grupos anticorrupción y pro derechos humanos hasta movimientos de defensa de los derechos sexuales realizarán un plantón en la céntrica Plaza San Martín de Lima que será replicado en otras ciudades del interior del país como antesala de una marcha programada el próximo 27 de julio, la víspera de la independencia peruana y del Mensaje a la Nación del Presidente Ollanta Humala.
Con las multitudinarias marchas en Brasil todavía frescas en la memoria, el presidente Ollanta Humala ha intentado poner paños fríos para sofocareste primer conato de indignación a la peruana, al que se han adherido conocidos actores y periodistas.
Humala, que goza del peor índice de popularidad desde que subió al gobierno en 2011, pidió dar un paso al costado a los controvertidos designados al frente del Tribunal Constitucional y la Defensoría del Pueblo con la esperanza de poner fin a esta crisis política inesperada. De la actuación del gobierno y, sobre todo, del Congreso durante los próximos días depende que esta semilla de indignación se seque o germine en nuevos brotes de inesperadas consecuencias en un país que goza de tasas asiáticas de crecimiento económico pero acompañadas de pobreza extrema y desnutrición en las áreas rurales.
La indignación tras la 'repartija'
Ni la difusión de un audio clandestino en el que congresistas de casi todas las bancadas negociaban sus votos para designar a los representantes de estas instituciones ni los pronunciamientos de la sociedad civil disuadieron al Congreso de consumar su pacto bajo la mesa para elegir a los máximos representantes del Tribunal Constitucional, La Defensoría del Pueblo y el Banco Central de Reserva.
El pasado miércoles, en una bochornosa votación televisada, el Congreso designó a dos ex congresistas del partido oficialista y a un abogado del condenado ex presidente Alberto Fujimori y también defensor de acusados por narcotráfico como magistrados del Tribunal Constitucional. Y al frente de la Defensoría del Pueblo, eligió a una fiel militante del partido del ex presidente Alejandro Toledo, aliado en el Congreso de la bancada oficialista.
La reacción en las redes sociales no se hizo esperar y pocas horas después, alrededor de un millar de jóvenes convocados bajo los hashtag de #repartija y #vergüenzanacional expresaron su indignación por estos nombramientos y lograron llegar en medio de bombas lacrimógenas hasta Palacio de Gobierno. Mientras ardían las redes sociales, estas espontáneas protestas sociales se replicaban a pequeña escala en algunas ciudades del interior del país.
"Esta es una protesta que no está sujeta a los parámetros de un partido político", describe a ELMUNDO.es Piero Ramos Rasmussen, de la Red de Acción contra la Corrupción y encargado de bombardear las redes sociales con las próximas movilizaciones. "Esta repartija de cupos es un atentado contra lo más básico de un Estado de Derecho, que es el derecho de la justicia. Con estas movilizaciones, la juventud está demostrando que es una fuerza que defiende los intereses del país".
Y esa fuerza logró el jueves que el presidente Ollanta Humala, a pesar de que su bancada participó en el reparto de cupos, pidiera a los designados por el Congreso al frente de estas instituciones dar un paso al costado al no cumplir con las expectativas de la población. El resto de los representantes de partidos políticos que también participaron en la 'repartija' siguieron su ejemplo y hoy lunes, los portavoces de todas las bancadas del Congreso intentarán buscar una solución que permita elegir nuevos representantes en estas instituciones clave en la democracia.
Sin embargo, la maquinaria de las protestas sigue en marcha. Con el emblema de una lagartija y el slogan de "para que no les vuelva a crecer la cola, toma la calle", el principal colectivo que convoca estas protestas explica en un comunicado público el porqué continuarán con las movilizaciones. Para este colectivo, hasta que no quede anulada oficialmente «la ilegal elección» de miembros del Tribunal Constitucional y la Defensoría del Pueblo, la lucha continúa. «Seguiremos en las calles firmes e indesmayables por todas las vías constitucionales en salvaguardia de la democracia y nuestras instituciones».
Hoy, este incipiente movimiento de los autodenominados como indignados- con miles de 'likes', 'memes' y 'retweets' en las redes sociales-medirá su fuerza de convocatoria en la calles de la capital.
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