martes, 23 de octubre de 2012

¿Sabes cuantos trangénicos consumes?


Colaboración de padre 5anto

Por qué no quieren que sepas

Los consumidores somos la base de la economía. Nuestros patrones de consumo determinan la forma en que opera el sistema comercial. Los cambios en nuestros hábitos de consumo obligan a las empresas a reconfigurar su oferta, de ahí que las empresas que ofrecen alimentos con potenciales riesgos para la salud, como los transgénicos, se rehúsen a informarnos por temor a perder su lugar en el mercado y sus ganancias.

Nuestro dinero es una gran herramienta para el cambio: cada peso que gastamos promueve o rechaza la forma en que se hacen negocios, los productos que se ofrecen, la manera en la que se trata a los trabajadores del campo, la calidad de lo que está a nuestro alcance.

De ahí que para darle mayor valor a nuestro dinero sea necesario saber. Saber qué hay en nuestros alimentos (y en todos los productos que adquirimos) nos permite no sólo alimentarnos mejor, sino también promover esquemas justos de comercio, apoyar al campo mexicano, rechazar los alimentos inseguros, sólo por poner algunos ejemplos.


Quiénes ganan con que tú comas transgénicos sin saberlo

La respuesta es clara y no deja lugar a dudas: los ganadores son una verdadera minoría: por un lado, las corporaciones agroquímicas transnacionales como Monsanto, Bayer, Syngenta, Pioneer y Dow Agroscience, y la industria alimentaria, que en México incluye marcas como Maseca, Nestlé, Bimbo, Coca Cola, entre muchas otras, por el otro.

Y los perdedores somos la gran mayoría: los agricultores, los consumidores, el medio ambiente, los países... Y lo que perdemos es mucho: calidad y variedad en los alimentos, independencia y capacidad para producir nuestra comida, valor en lo que pagamos por obtener los alimentos, diversidad en las opciones de producción, por mencionar sólo unos cuantos rubros.

El negocio de los transgénicos

Las corporaciones agroquímicas transnacionales como Monsanto, Bayer, Syngenta, Pioneer y Dow Agroscience tratan de controlar la agricultura del mundo a través de las variedades transgénicas. Estas corporaciones buscan convertir la producción agrícola y alimentaria mundial en un gran experimento genético, totalmente dependiente de sus semillas patentadas, destruyendo los modelos agrarios basados en el libre intercambio de semillas y saberes campesinos, eliminando del mapa, por ejemplo, a todas las pequeñas empresas semilleras.

Quién es Monsanto

Entre los beneficiados de que en tu mesa haya transgénicos y tú ni enterado estés hay un ganador mayor: Monsanto, empresa transnacional que controla alrededor de 90 por ciento del mercado mundial de semillas transgénicas. En México, esta transnacional es la principal beneficiaria de los primeros permisos de siembra experimental de maíz transgénico.

A fin de obtener ganancias, Monsanto hace lo que sea: no duda en violar la ley, sobornar funcionarios, afectar la salud de la gente o contaminar el ambiente. A lo largo de su historia, Monsanto ha acumulado un sucio expediente de hechos, irregularidades y sanciones:

  • Produjo y comercializó el agente naranja, usado durante la guerra en Vietnam y responsable de la muerte y el desarrollo de cáncer en miles de civiles inocentes. El agente naranja está hoy prohibido.
  • Produjo y comercializó el DDT y los PCB o askareles, químicos causantes de graves daños a la salud humana y al ambiente. Ambos están hoy prohibidos.
  • Fue condenada a pagar 1.5 millones de dólares por sobornar a las autoridades de Indonesia para introducir algodón transgénico en ese país.
  • Fue condenada en Francia en 2006 por publicidad engañosa sobre las falsas propiedades ecológicas del herbicida Round Up.
  • Fue condenada en EUA en 2010 a pagar 2.5 millones de dólares por más de 1700 violaciones a normas de bioseguridad.

Por qué tienes derecho a saber qué hay en tu comida

De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas, el derecho a la información es el primer derecho básico de los consumidores. Contar con información oportuna, completa, clara y veraz de los bienes y servicios que las compañías ofrecen nos permite elegir mejor al momento de comprar.
En otras palabras, esto significa que las mexicanas y los mexicanos tenemos derecho a saber si los alimentos que adquirimos para nuestras familias contienen ingredientes o derivados de transgénicos, para que decidamos si los queremos comer o no.
Sin embargo, este derecho no está garantizado por la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (LBOGM) vigente en México, que sólo obliga a informar sobre los transgénicos que sean “nutrimentalmente distintos de forma significativa”. Esta característica es tan imprecisa que la industria la aprovecha para evadir su obligación de darnos información.

La información clara nos permite tomar decisiones en todos los ámbitos de la vida. Cuando sabemos qué hay en un producto, podemos decidir qué comprar y a quién, qué no comprar y por qué, es decir, nos permite garantizar que los productos que adquirimos reúnan normas de seguridad y calidad, que beneficien a los productores y que sean amigables con el medio ambiente. Carecer de información nos desprotege y nos pone en riesgo.

Lo que está en tu comida y no te dicen

¿Sabías que gran parte de los alimentos industrializados son o contienen transgénicos? ¿Sabías que no hay certidumbre sobre los impactos que los transgénicos pueden tener en nuestra salud? Y aunque tenemos derecho a saber, las etiquetas de los alimentos no nos dan esta información...

Qué es un transgénico

Un transgénico (organismo genéticamente modificado u OGM) es un ser vivo creado artificialmente con una técnica que permite insertar a una planta o a un animal genes de virus, bacterias, vegetales, animales e incluso de humanos. Por ejemplo, los biotecnólogos pueden tomar el gen de una bacteria e insertarla en el maíz, creando un organismo vivo completamente nuevo, esto con el fin de producir una sustancia insecticida; o, bien, insertarle un gen para darle resistencia a herbicidas.
Esta técnica permite a los biotecnólogos saltarse la selección natural al intercambiar genes entre especies e incluso reinos que naturalmente no podrían cruzarse. El objetivo de la biotecnología aplicada a la agricultura es controlar la producción de alimentos, a fin de lograr mayores ganancias para empresas como Monsanto, Bayer, Syngenta, Pioneer y Dow Agroscience, que al desarrollar estos organismos tratan de controlar los granos básicos que alimentan a la humanidad como maíz, soya, canola, algodón, sorgo, arroz y trigo.


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