En mayo de 2010 Ricardo Salinas Pliego compró un superyate de 72 metros de eslora a Francisco Hernando, empresario español en quiebra. De inmediato lo rebautizó con el nombre de Azteca y meses después se lanzó a navegar por aguas españolas acompañado de su familia. Son los gustos que puede darse el cuarto hombre más rico de México, según Forbes, en su barco de recreo adquirido casi en secreto. Hoy incluso puede jactarse de pertenecer al mismo club náutico al cual están afiliados, entre otros, sus compatriotas Emilio Azcárraga y Alejandro Burillo.
MADRID (Proceso).- Con una fortuna calculada en 9 mil 900 millones de dólares, según la revista Forbes, Ricardo Salinas Pliego, presidente del Grupo Elektra y TV Azteca, es el cuarto hombre más rico de México.
Hábil para los negocios, Salinas Pliego también sabe aprovechar las oportunidades financieras y ayudar a los amigos cuando están en problemas. Así lo hizo en el caso de Francisco Hernando, el polémico constructor español conocido como Paco el Pocero, a quien le compró su megayate Clarena II, el barco de recreo más grande de España.
La venta se realizó a través del broker Engel & Völkers Yachting Madrid y, según confirmó la empresa en mayo de 2010, el comprador pagó 58 millones de euros –unos mil millones de pesos–. La información fue publicada por los diarios El Mundo y El País. El broker cobró 5% de comisión.
Ese año Salinas Pliego, dueño también de Banco Azteca, tenía una fortuna de 10 mil millones de dólares y ocupaba el número 63 en la lista de los multimillonarios de la edición internacional de Forbes.
Semanas después de aquella adquisición, en julio de 2010, su nuevo dueño rebautizó el yate. Decidió nombrarlo Azteca y entró al selecto club de los 100 barcos de recreo más grandes y lujosos del mundo, al que pertenece también su compatriota Emilio Azcárraga Jean, socio de Salinas Pliego en el mercado de la telefonía móvil (Iusacell) y presidente de Televisa.
Al igual que Azcárraga, propietario del megayate TV (Proceso 1857), en ese club están otros magnates mexicanos, como su primo Alejandro Burillo Azcárraga, dueño del equipo de futbol Atlante y accionista de Telefónica México. Burillo es capitán del grupo Pegaso y posee el yate Pegaso, de 73 metros de eslora, por el cual pagó 80 millones de euros en 2011.
En octubre de 2010, tres meses después de la adquisición del yate, Salinas Pliego se apuntó un éxito más en sus negocios: consiguió un amparo para suspender la polémica Licitación 21 y detuvo la ofensiva del consorcio Nextel-Televisa para hacer uso de la frecuencia de 30 megahertz.
Semanas más tarde la empresa de Azcárraga Jean adquirió 50% de la propiedad del Grupo Iusacell, que comparte con Salinas Pliego, su supuesto competidor de TV Azteca. El periodista Miguel Ángel Granados Chapa destapó en diciembre de 2010 ese capítulo en el diario Reforma, lo que provocó una virulenta reacción de ambos consorcios de las telecomunicaciones contra el autor de la columna Plaza Pública (Proceso 1825).
La crisis
Paco el Pocero sólo pudo disfrutar del superyate nueve meses. En septiembre de 2009, cuando recibió el barco del astillero, ya había estallado la ‘burbuja inmobiliaria’ en España y el constructor se vio rebasado por las deudas; también se malogró su proyecto de desarrollo urbano de 13 mil 500 viviendas en Seseña (Toledo), un páramo sin suministro de agua convertido hoy en una ciudad fantasma.
Inmerso en la polémica, el constructor fue investigado por la Fiscalía Anticorrupción de España tras admitir que financió de manera ilegal algunas campañas políticas para, según él, “hacer que mis empresas funcionen”. También fue acusado por supuestas amenazas a las autoridades locales que se negaron a reclasificar sus terrenos para construir a su capricho, al margen de las normas del ayuntamiento.
El extravagante empresario intentó adquirir, sin éxito, el exclusivo puerto Portals, en el municipio mallorquí Calviá, propiedad del magnate alemán Klaus Graf. Su propósito era construir un casino submarino y un hotel de lujo, según informó la prensa española, en el mismo puerto donde atracaba el Clarena II.
Ante la imposibilidad de completar los 78 millones de euros por el lujoso yate –construido en el astillero italiano CRN (Construzioni e Reparazioni Navale), líder mundial en el ramo–, Paco el Pocero optó por vendérselo al empresario mexicano, asumiendo la pérdida de 20 millones de euros.
El Azteca tiene 72 metros de eslora –casi el doble del yate Fortuna, del rey Juan Carlos, al que el monarca acaba de renunciar, aquejado por los escándalos, para ponerlo a disposición de Patrimonio Nacional–, 13 metros y medio de manga, tres metros y medio de calado; su peso es de mil 600 toneladas y alcanza una velocidad de 16.5 nudos.
“Es el mayor construido hasta ahora por el astillero CRN y uno de los mayores jamás construidos en Italia”, publicó en agosto de 2011 la revista francesa Onboard, especializada en yates.
De acuerdo con la clasificación de la firma británica Lloyd’s Register of Shipping‑ AI, el Azteca navega con bandera de Malta (Maltese Cross, MCA LY2 compliant), la pequeña isla mediterránea asociada al Commonwealth –la mancomunidad británica de naciones– ubicada 80 kilómetros al sur de Sicilia. Otras publicaciones refieren que la bandera del Azteca es británica.
Pese a sus extraordinarias dimensiones, el diseño exterior del barco, con su casco gris perla y una superestructura de aluminio blanco, tiene una estampa futurista y deportiva, mientras que sus interiores, diseñados por el gabinete italiano Nuvolari-Lenard, son de gran lujo y exquisitos acabados, destaca la revista Onboard. Nuvolari-Lenard es el mismo gabinete que se encargó del diseño del yate Seven Seas del cineasta Steven Spielberg.
El Azteca, con capacidad para albergar 20 invitados VIP, cuenta con un beach club en la popa de 100 metros cuadrados, así como con un helipuerto en el cual puede aterrizar un helicóptero de hasta tres toneladas; también tiene una terraza de más de 100 metros cuadrados, seis suites de lujo para los huéspedes (la principal mide 50 metros cuadrados) y su portón abatible se convierte en una terraza sobre el mar.
La cocina es de 50 metros cuadrados, luego está un comedor para 20 comensales, una sala de televisión con una pantalla de 65 pulgadas, otra sala de estar con un piano de cola, una zona aislada habilitada para biblioteca. Para subir a la cubierta hay una escalera de caracol, mientras un elevador acristalado conduce al solario, donde se encuentran el bar y un jacuzzi al aire libre.
El yate incluye una sala de masajes con su gimnasio; los acabados de los baños son de mármol italiano. El barco de recreo tiene un bote auxiliar y cuatro acuamotos. La tripulación la integran 26 personas, además del capitán. Según el diario El Mundo, llenar el depósito de combustible cuesta 260 mil euros.
“El yate de James Bond”
Un empresario español, quien pide al corresponsal omitir su identidad, relata que estuvo a bordo del Azteca durante una fiesta organizada por Salinas Pliego en abril de 2012 en Sevilla.
“Es un barco imponente, es como estar en el yate de James Bond. Tiene una estructura bastante exótica por fuera; por dentro es puro lujo en cada rincón. Esos días (el yate) fue la gran atracción de Sevilla”, dice.
El 24 de abril de ese año el Diario de Sevilla consideró la llegada del superyate al muelle de Las Delicias como un singular acontecimiento: “El multimillonario Ricardo Salinas Pliego está en Sevilla desde el sábado (21)… No ha llegado en el AVE –el tren de alta velocidad–, sino en su yate Azteca”.
Salinas Pliego ofreció una cena al alcalde Juan Ignacio Zoido en la marisquería La Isla. En ese selecto convivio estuvieron “un socio de Amancio Ortega (dueño de la firma Zara), Juan Pedro y Álvaro Domecq, Ramón Ybarra, el empresario de la Monumental Plaza de Toros México, Rafael Herrerías, y Rafael Pineda”, entre otros.
Según la publicación, Salinas Pliego habló de posibles futuras inversiones en la ciudad, aunque no proporcionó los pormenores.
La travesía primaveral del dueño de TV Azteca, sus familiares e invitados incluyó el puerto de Málaga, a donde llegaron el día 29 de ese mismo mes; de ahí prosiguieron a Marbella, donde arribaron el 1 de mayo y atracaron en Puerto Banús.
Consultado por este semanario, un periodista experto en navíos explica que, si bien no hay registros, es probable que este navío haya hecho escala en Gibraltar, territorio inglés donde la gran mayoría de los barcos suele abastecerse de combustible.
El 4 de mayo el Azteca regresó a Málaga, partiendo una vez más a Marbella al día siguiente. El 6 de mayo atracó de nueva cuenta en Málaga. Después se alejó.
Según las tasas por atraque y de acuerdo con las dimensiones del navío, se debieron haber pagado 484 euros por día; es decir 2 mil 200 euros, por lo menos en las fechas de las que se tiene registro. A ello se debe sumar una tasa de 90 euros por el concepto de “ayudas a la navegación”, que autoriza surcar por las aguas y puertos españoles durante un mes. Esa cantidad fue pagada al llegar a Málaga, por lo que, se presume, antes del arribo a ese puerto pudo haber estado alrededor de un mes en aguas españolas.
Además de estos gastos, la tripulación del Azteca debió formalizar el pago a los amarradores –los encargados de atar el barco al muelle– y al práctico, el capitán de puerto que dirige las maniobras de atraque.
De acuerdo con el periodista consultado, mover un navío de esas dimensiones es oneroso. Además, dice, por su estancia en los puertos de Málaga y Marbella, los invitados de Salinas Pliego y su familia apenas tuvieron tiempo para hacer sus compras en esas ciudades.
Pero esta no es la única ocasión en que el Azteca ha surcado el Mediterráneo. Cuando se dio a conocer la compra-venta del barco, el diario El Mundo informó que su primera travesía sería por la Costa Azul francesa; también hay fotografías del navío atracado en el puerto de La Luz, en Gran Canaria, en febrero de 2011.
El astillero CRN, por su parte, dio a conocer que luego de algunas readaptaciones mínimas al barco antes de entregarlo al magnate mexicano, lo exhibió en el Salón Náutico de Mónaco.
La polémica
La botadura del Azteca se convirtió también en un acontecimiento. Eso pasó el 19 de septiembre de 2009 por la tarde, en la ciudad italiana de Ancona, frente al mar Adriático, donde se encuentra la sede del CRN. La celebración fue abierta a todos los ciudadanos de la localidad.
Lamberto Tacoli y Gennaro Candida, máximos ejecutivos de CRN, y Salvatore Basile, presidente ejecutivo del Grupo Ferreti, sociedad propietaria del astillero desde 1999, encabezaron la ceremonia.
“Este megayate es el resultado de un espíritu innovador en este campo, caracterizado por la creatividad y la alta tecnología. La habilidad de interpretar y satisfacer las necesidades de un cliente demandante que desea implementar un importante proyecto con nosotros”, expuso Tacoli, según el portal de CRN.
El acto incluyó una presentación del tenor Giuseppe Ranzani, del violinista Fillipo Rollando y la cantante argentina Lola Ponce. La cena fue amenizada por BenDJ.
El Azteca también ha dado dolores de cabeza a su propietario. En YouTube y en portales especializados en yates se subió un video con una singular escena en la cual se observa el momento en que el superyate golpea con su costado el puente de entrada a la Bahía Simpson, en la isla caribeña de St. Maarten, el 11 de marzo de 2011.
Salinas Pliego y sus embarcaciones son polémicos. El reportero Jenaro Villamil publicó un reportaje (Proceso 1857) acerca de un incidente del magnate en Belice con una embarcación anterior, también llamada Azteca.
El 17 de mayo de 2009 este semanario informó que Salinas Pliego se negaba a pagar los casi 800 mil dólares de sanción que le impuso el Departamento de Ecología de Belice por haber dañado un arrecife de coral vivo en la zona de San Pedro.
El “accidente” ocurrió el 7 de abril de ese año, cuando el navío se dirigía al balneario de San Pedro, en Belice, cerca de Xcalac, Quintana Roo. Al acercarse al muelle de Cayo Ambergris una cuerda se enredó en la propela de la embarcación; “para evitar un daño mayor” el capitán Salvador Villeras Eckart decidió arrojar las anclas para frenar el yate, lo cual dañó alrededor de 400 metros cuadrados de arrecife.
Al final, el dueño de TV Azteca negoció el pago de una parte de la multa y se comprometió a emitir programas de promoción turística de Belice a través de su fundación. Poco después su barco reapareció en las costas de Cozumel, donde recibió apoyo del Resguardo Marítimo Federal.
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