Alfredo Ramírez Bedolla es un oficial pero desconocido por el pueblo de Michoacán: en marzo de este año el gobierno priísta del estado firmó un contrato de fideicomiso con Banco Monex con el que entregará el 13.5 por ciento de las participaciones federales a dicha institución financiera. Esto equivale a 3 mil 270 millones de pesos anuales para manejo y administración de Monex. El objetivo de dicho fideicomiso, según la Secretaría de Finanzas y Administración, es garantizar el pago de los nuevos endeudamientos que están generando los créditos recientes adquiridos por el gobierno estatal.
¿Cuánto pagaremos anualmente los michoacanos por este fideicomiso? Esa es la cuestión. En base a los costos normales de este tipo de instrumentos mercantiles y bancarios, es del 1.5 al 2.5 por ciento del manejo total de los recursos administrados. Si es así, estaremos pagándole a Monex cerca de 80 millones de pesos anuales por manejos financieros de dicho fideicomiso, si no es que más. Este monto es justo lo que cubriría el costo de toda la gratuidad educativa a nivel preparatoria, universidad y tecnológicos del estado, que por cierto el gobierno priísta ya no quiere cumplir aun siendo un mandato constitucional.
Monex es bien conocido por su muy cuestionada participación en la compra de la Presidencia de la República efectuada en favor de Enrique Peña Nieto. Aún existe en la Cámara de Diputados una comisión especial que investiga a Monex por manejos y participación fraudulenta en la elección de 2012.
¿Por qué contratar a Monex? ¿Acaso es la cuota del gobierno del estado para pagarle el favor a dicha entidad financiera por los servicios prestados al PRI en el fraude y su servicio de dispersor de recursos para compra de voto?
El pueblo de Michoacán no merece el trato de abandono que le da el gobierno priísta y mucho menos la manipulación, el engaño. Nuestro Michoacán requiere gobernantes distintos y diferentes, alejados de las practicas priístas.
Reconocimiento forzoso y maniobra política
El gobierno de Michoacán no pudo sostener más la manipulación sobre la información de la deuda pública, pero en realidad se vio forzado, ya que Banobras le exigió, entre otras cosas, trasparentar el ejercicio presupuestal, ya que ésta es parte de las condiciones solicitadas para prestarle 4 mil 112 millones de pesos, lo cuales también se incluirán en el Fideicomiso Monex. Es decir, ya suman con este nuevo crédito 7 mil 382 millones de deuda bajo manejo del Fideicomiso de Monex, un jugoso negocio para este “banco” de muy dudosa reputación y bajo investigación.
Michoacán merece y exige una explicación concreta sobre este fideicomiso, cuánto costó su contratación, su apertura, su manejo administrativo anual, comisiones, vigencia etcétera. De no darse dicha aclaración estaremos frente a un nuevo caso de pago de facturas electorales.
Ahora sigue exigir al gobierno del estado no volver a jugar con la información financiera del estado. Claros estamos ahora que las cifras manipuladas sobre una supuesta deuda al doble de la que en realidad existe tuvo intereses político-electorales. Fue la principal bandera de campaña del PRI en 2012.
Un punto claro que ameritaría responsabilidades por el daño al erario y al presupuesto estatal son los mil 500 millones de pesos pagados de forma indebida al SAT por supuestos adeudos de ISR y que no recuperará el gobierno priísta de Michoacán. Vivimos las consecuencias de una pésima administración de los recursos públicos, por los suelos quedó la supuesta experiencia del PRI para gobernar, sólo preciamos sus viejos y permanentes vicios.
El gobernador interino por medio del secretario de Finanzas aprovechó la ocasión de la comparecencia de este último para cumplir con Banobras, pero también como una audaz oportunidad para evidenciar a su antecesor, el gobernador con licencia Fausto Vallejo, en los manejos tendenciosos de la información.
Al parecer la disputa del poder por el poder se hace presente en estos momentos en Michoacán: un actor espera ser ratificado y el otro desea volver a ocupar el cargo para el cual fue electo. ¿Y el pueblo de Michoacán dónde queda, quién lo atiende, quién lo gobierna? La inestabilidad permanecerá no se sabe cuánto tiempo, con la consecuente parálisis administrativa y económica.
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