México se encuentra incluido en la lista de países espiados por Estados Unidos, publicó el periódico brasileño O Globo.
Según el diario, los servicios de inteligencia estadunidenses se centraron básicamente en el área de “energía” y narcóticos.
Con base en nuevos documentos obtenidos del excontratista de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés), Edward Snowden, la red de espionaje de Estados Unidos se expandió por toda América Latina y tuvo un especial foco en México, Brasil y Colombia.
“Uno de los aspectos” del espionaje es que “Estados Unidos no se interesaba sólo en asuntos militares”, sino también en “secretos comerciales”, destaca el diario.
De igual manera sostiene que, junto con Brasil y México, otro “blanco prioritario” fue Colombia, donde fueron vigilados “los movimientos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)”.
De enero a marzo pasados, de acuerdo con los documentos, agentes de la NSA realizaron acciones de espionaje en Latinoamérica usando al menos dos programas: Prism (en el periodo del 2 al 8 de febrero) y Boundless Informant (de enero a marzo).
El primero posibilita el acceso a correos electrónicos, conversaciones on line y llamadas de voz de clientes de empresas como Facebook, Google, You Tube y Microsoft.
En el caso de Boundless Informant, es un programa desarrollado con “socios corporativos” capaces de abrir el acceso hacia comunicaciones internacionales.
O Globo señala que también “fueron espiados en forma constante, aunque con menor intensidad, Venezuela, Argentina, Ecuador, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Paraguay, Chile, Perú y El Salvador”.
Además, publica mapas que marcan en rojo los países más espiados por la CIA y la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por su sigla en inglés), y equiparan a Brasil, Colombia y México con países de gran interés geopolítico para Estados Unidos, como Irak.
El rotativo brasileño revela que así como hubo una “base de espionaje” que operó en Brasilia, también funcionaron otras similares en las ciudades de México, Panamá, Caracas y Bogotá.
Esas cinco bases habrían funcionado hasta 2002 y no existen pruebas de que hayan vuelto a operar desde entonces, añade.
De acuerdo con O Globo, la posibilidad de que las actividades de espionaje desarrolladas en Brasil hayan incluido el rastreo de llamadas telefónicas o de la actividad de los ciudadanos en Internet, ha desatado un escándalo en el país.
No sólo eso, la presidenta Dilma Rousseff adelantó que su gobierno se propone denunciar el caso ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“Vamos a presentar la propuesta a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, pues uno de los preceptos fundamentales es la garantía de la libertad de expresión, pero también de los derechos individuales, principalmente el de la privacidad, que también está garantizado en nuestra Constitución”, declaró Rousseff.
Añadió:
“Si hubo participación de otros países y de otras empresas que no sean brasileñas, seguramente hay también una violación de soberanía” y “una violación de los derechos humanos”.
No obstante, la presidenta brasileña pidió prudencia para investigar “sin precipitación ni prejuicio”, y aseveró que la posición de Brasil “es muy clara y firme: No estamos de acuerdo, de ninguna manera, con una interferencia de este orden no sólo en Brasil, sino en cualquier otro país”.
Por separado, la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado anunció que convocará al embajador de Estados Unidos en Brasil, Thomas Shannon, para que explique las supuestas actividades de espionaje en el país.
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