El video es breve, de solamente 33 segundos. La imagen es estática, porque fue tomado por una cámara automática, oculta, que los activistas instalaron, precisamente, para documentar la acción que vamos a ver.
Y la acción es simple. Una persona de uniforme entra en pantalla. Abre una voluminosa bolsa de plástico, la revuelve, saca unos enseres y se aleja con ellos.
El lugar es una rudimentaria estación que proporciona agua, alimento y cobijas a inmigrantes indocumentados que cruzan el desierto de Arizona y que pasan por esa ruta. Está cerca del poblado de Arivaca, 12 kilómetros al norte de la frontera con México.
El hombre uniformado es un anónimo agente de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, que estaría llevándose cobijas y alimentos que quienes cruzan podrían necesitar desesperadamente.
El momento es ahora, el 8 de enero de 2013, en una semana de intensos fríos, cuando la cobija podría significar la diferencia entre sobrevivir una noche gélida o perecer en la mayor de las soledades.
Y quienes colocaron el agua y los abrigos, quienes tomaron el video y lo difundieron entre los medios de comunicación, son los activistas de No Más Muertes, un grupo en Arizona dedicado precisamente a eso desde 2004, para evitar que más indocumentados perezcan al intentar venir de México a Estados Unidos.
“Hay 4,200 agentes en el sector de Tucson. Crecieron demasiado rápidamente. Muchos de los agentes son nuevos en la Patrulla, nuevos en el desierto, nuevos en la frontera y no reciben entrenamiento adecuado”, dijo Geoff Boyce, portavoz de No More Deaths, en entrevista telefónica con HuffPost Voces.
¿Por qué no le mostraron el video a las autoridades primero? “Por años”, dice Boyce, “hemos estado involucrados en una conversación con la Patrulla Fronteriza y les dimos evidencias sin acudir a los medios, pero nunca eso resultó en grandes cambios”.
Pero la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés) dentro de la cual opera la Patrulla Fronteriza vio este video, y en respuesta a una solicitud de HuffPost Voces a un portavoz, emitió el siguiente comunicado:
“Apreciamos los esfuerzos de quienes reportan sus preocupaciones y seguimos el diálogo con grupos humanitarios mientras trabajamos en aras de una mayor seguridad fronteriza y por la salud y el bienestar de aquellos que intentan entrar ilegalmente a nuestro país. En este momento estamos juntando los hechos relacionados con el video, ya que existe cierto número de razones posibles y apropiadas para la acción del agente en este video”.
“Nos preocupa que no se demande responsabilidad de los agentes en general respecto a las condiciones en centros de detención, o las prácticas de deportación, y que actúen con impunidad”, dijo Boyce. “Si es que tienen una política al respecto, no la conocemos”, agregó.
“Queremos que establezcan una política que diga que el vandalismo de este tipo contradice su misión. Que es inaceptable. Eso quisiéramos ver. Porque la evidencia que les trajimos en el pasado no llevó a acciones disciplinarias”, explica.
“Queremos que la agencia respete los esfuerzos humanitarios en el desierto”.
No es la primera vez, repite el portavoz. Otro video, de mayo pasado, que se puede hallar en internet, también producido por el grupo, es aún más explícito. Un agente fronterizo, parte de un grupo e ignorante de que lo están filmando, patea las botellas con un galón de agua cada una y vuelca su contenido en el suelo del desierto.
“Después que publicamos este video, Rick Barlow el jefe del sector de Tucson de la Patrulla Fronteriza en ese entonces envió un memo a su personal calificando esa conducta de inaceptable… por unos meses el vandalismo bajó, entre agosto y octubre… pero luego volvió a lo mismo”.
¿A qué atribuye Boyce que haya vuelto? “Quizás a que cambió el jefe. Hay otro. El actual se llama Manny Padilla”.
Sin embargo, en diciembre el nuevo jefe recibió a los activistas en su despacho.
¿Les prometió Padilla algún tipo de acción? “No, pero sí prometen seguir la conversación, [y nosotros] queremos el diálogo y mantener una relación cordial. Pero no es bastante”, dijo Boyce.
Aparentemente, no lo es: en un tercer video suministrado posteriormente por Boyce, se puede ver a agentes fronterizos volcando el agua de las botellas dejadas anteriormente por los activistas. La acción se puede apreciar a partir del minuto cuatro.
Es sin fecha, pero directo e innegable: los agentes, efectivamente, vuelcan el agua que podría salvar vidas.
El grupo es pequeño; su difusión, limitada. Los videos se encuentran en YouTube pero los ha visto escasamente un centenar de personas. Pero el grupo habla en nombre de aquellos sin voz, que cruzan ilegalmente pero por desesperación a través del desierto inhóspito y peligroso.
En 2012, dice el grupo en su sitio de internet, se hallaron en el desierto de Arizona los restos de 179 personas, seguramente inmigrantes indocumentados que fenecieron a las inclemencias del clima, de frío en invierno o deshidratación en verano, de sed, de inanición.
La respuesta de las autoridades federales no rechaza lo que se ve en el video y expresa respeto por la labor humanitaria. Quizás, como consecuencia, crezca la cooperación, se escuchen los postulados de los activistas y sus pedidos de informar y entrenar a los agentes para que se protejan las vidas humanas.
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