Algunos cálculos hablan de un millón de desplazados.
Hasta ahora no existen cifras oficiales de los desplazados,
aunque algunos investigadores advierten que podrían ser hasta un millón.
Muchos, especialmente indígenas y campesinos, se concentran
en los suburbios de ciudades cercanas. Otros emigran a poblaciones ajenas a las
batallas entre carteles, como la capital del país, y algunos se mudaron a
Estados Unidos.
Pero la mayoría vive "en un alto grado de
vulnerabilidad", sin empleo o con escasos ingresos, en hogares precarios y
bajo la amenaza de grupos criminales, le dice a BBC Mundo la investigadora
Magdalena Ávila Lara.
"Están sin casa, sin acceso a salud, sin papeles, sin
identidad. Perdieron todo, en algunos casos fueron robados, sus pertenencias o
animales saqueados. Perdieron su tranquilidad, su tierra", explica la
especialista.
"En muchos casos viven escondidos por temor a ser
encontrados por grupos de narcotráfico o las personas que vulneraron su
seguridad".
Según los expertos, el gobierno mexicano no ha reconocido
que exista desplazamiento forzado por la guerra contra el el tráfico de drogas,
a pesar de que la Cámara de Diputados lo exhortó a diseñar un programa especial
para atender el problema.
BBC Mundo solicitó a la Secretaría de Gobernación una
posición oficial sobre las acciones gubernamentales para auxiliar a los
mexicanos desplazados por la guerra contra el narcotráfico.
No hubo respuesta.
Pueblo fantasma
A fines de 2010, prácticamente todos los habitantes de la
cabecera municipal de Ciudad Mier, Tamaulipas, en el noreste del país, dejaron
el lugar para huir de la batalla que, calle a calle, libraban grupos del Cartel
del Golfo y Los Zetas.
La mayoría regresó cuando la Secretaría de Marina y el
Ejército desplegaron a decenas de efectivos para cuidar la población.
El de Ciudad Mier -considerado como Pueblo Mágico por el
gobierno mexicano, una definición turística especial- es el caso más conocido
de desplazamiento forzado por la guerra contra el narcotráfico, pero no es el
único.
Organizaciones civiles han documentado que poblaciones de
Chihuaha, Durango y Sinaloa se convirtieron en pueblos fantasma pues sus
habitantes fueron obligados a marcharse por amenazas de bandas criminales.
En algunos casos, como las comunidades de la etnia tepehuana
del municipio de Pueblo Nuevo, Durango, al norte del país, las personas huyeron
porque la banda de Los Zetas pretendía obligarlos a sembrar droga para ellos.
Otros, como los pueblos de las montañas de Sinaloa, en el
noroeste, quedaron atrapadas en la disputa territorial entre los carteles del
Pacífico Sur, Zetas y la Federación de Sinaloa.
Pero hay otros miles que fueron víctimas de extorsiones, sus
familiares fueron asesinados o fueron incapaces de vivir con el miedo de
fallecer en cualquier momento, explican los especialistas.
Eso ocurrió en Ciudad Juárez y las poblaciones vecinas,
donde según las autoridades más de 100.000 personas abandonaron el sitio en los
últimos años.
En el más reciente censo de población se detectó que en esa
ciudad existen unas 111.000 casas solas. Muchas no han vuelto a ocuparse, a
pesar de que los índices de violencia descendieron casi a la mitad según datos
de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
Goteo
El desplazamiento forzado de personas en México, sin
embargo, no se limita a la salida masiva de comunidades.
"El movimiento de las personas es por goteo, se va una
familia o uno de sus miembros, se establece en una ciudad y luego regresa por
los demás. Así ha estado", señala Ávila Lara.
La salida de población se refleja en la matrícula escolar de
escuelas y universidades en regiones disputadas por carteles, pero también en
la actividad económica de las ciudades en la frontera norte del país.
Muchos empresarios de Chihuahua y Tamaulipas, por ejemplo,
emigraron a Texas, Estados Unidos, y otros se establecieron en Ciudad de
México, según datos de la Cámara de Comercio local.
Son datos aislados, porque las autoridades no han
investigado por completo el número de personas desplazadas por la guerra contra
el narcotráfico, ni tampoco los sitios donde se encuentran le dice a BBC Mundo
el especialista Fidel López García, quien coordinó una mesa de análisis sobre
el fenómeno en el Instituto Luis Mora
"En México no tenemos una evaluación objetiva, final y
determinante sobre las personas que se encuentran en esta condición",
indica.
Es un problema serio, insiste, pues mientras las autoridades
mexicanas no reconozcan la existencia del problema, será difícil establecer
programas especiales para remediarlo.
Una tarea de todos los niveles de gobierno, afirman los
especialistas. En agosto pasado el diputado Arturo Santana, del izquierdista
Partido de la Revolución Democrática (PRD), propuso una ley específica para
atender a las personas desplazadas por la guerra contra el narcotráfico.
La iniciativa fue archivada.
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