miércoles, 19 de septiembre de 2012


Recapturan a dos de los 131 reos fugados; se habían reincorporado a la vida criminal

SALTILLO, Coah., (proceso.com.mx).- Autoridades de Coahuila recapturaron a los primeros dos reos que se fugaron  del Centro de Readaptación Social de Piedras Negras,  quienes ya se habían reintegrado a las actividades de la delincuencia organizada.
En el momento de ser detenidos tenían en su poder lanzagranadas,  fusiles de asalto y chalecos antibalas.
Los detenidos son: Mauro Antonio Valdés González y Jorge Mendoza Bárcenas, quienes viajaban en una camioneta modelo  Ford,  con placas de Texas, de reciente modelo,  en el municipio de Zaragoza.
Los detenidos se toparon con uno de los operativos que implementó la  policía estatal  junto con  efectivos del Ejército y la Marina, y   para intentar escapar atacaron a balazos a los agentes de seguridad.


Después de una persecución e intercambio de disparos, los criminales  fueron detenidos. Les fueron asegurados dos fusiles de asalto AK-47, un lanzagranadas calibre .40, tres fusiles  AR-15,  un arma corta calibre .38 y cuatro chalecos blindados.
Posterior a su detención, fueron entregados a la  Fiscalía estatal para que declaren sobre su fuga de la prisión de Piedras Negras.
En entrevista, el procurador de Coahuila, Homero Ramos, informó que  la mayoría de los 86  reos  fugados del fuero federal   pertenecen al grupo criminal “Los Zetas”, quienes   estaban  sentenciados por delitos del narcotráfico.
Cuestionó la versión de las autoridades del penal respecto de que  los 131 reos se fugaron únicamente por el túnel que construyeron en el taller de carpintería.
“Es imposible que se hayan salido por el túnel en una sola vez, como argumentan las autoridades del Cereso”, dijo Homero Ramos.
Atribuyó a “Los Zetas” el plan para el escape, ya que detectaron que el día lunes  dos autobuses  ya esperaban a los internos que se estaban fugando.
Tras la detención de Mauro Antonio Valdés González y Jorge Mendoza Bárcenas, aún quedan 129  personas  por recapturar.
FUENTE : REVISTA PROCESO

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