Expone #YoSoy132 plan para democratizar a los medios
#YoSoy132 alista acciones contra la reforma laboral.
Foto: Eduardo Miranda
Foto: Eduardo Miranda
MÉXICO, D.F. (apro).- El movimiento estudiantil que nació en contra de la manipulación informativa, #YoSoy132, presentó un proyecto para cristalizar la propuesta de democratización de medios de comunicación, que ha llevado como bandera.
Para los universitarios, posicionar el tema en el centro del debate nacional es indispensable para alcanzar una “verdadera” democratización del sistema político. Sin embargo, descalificaron tajantemente al priista Enrique Peña Nieto como interlocutor legítimo para conseguirlo.
Cuestionados por los medios sobre un futuro diálogo con el Ejecutivo entrante, en la presentación de su programa para democratizar los medios los estudiantes fueron claros:
“En la última Asamblea Interuniversitaria, llevada a cabo en Saltillo, Coahuila, el movimiento consideró que no se reconocía a Peña Nieto como un interlocutor legítimo, que no se le reconocería como presidente, debido a irregularidades que se encontraron y a las discusiones políticas del movimiento.
“Esto no priva en ningún momento que nosotros pudiéramos impulsar alguna propuesta con otros interlocutores”, acotó Vladimir Chorny, estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Miembro del grupo de trabajo que elaboró el proyecto Ejes para la democratización, integrado por miembros de 20 asambleas públicas y privadas del colectivo, Chorny dijo que el movimiento intentó acercarse a todos los actores políticos.
Incluso “algunos de ellos rechazaron la opción de diálogo con nosotros”. Ese fue el caso de Peña Nieto, quien rechazó participar en el debate que los estudiantes organizaron durante el pasado proceso electoral.
De haber un acercamiento con las instituciones de poder, no sería con Peña Nieto. Sí el Congreso. “Consideramos que, eventualmente, en el momento en que se tuviera que acercar a las instituciones para llevar a cabo una propuesta que implicara a un interlocutor institucional, el poder encargado de esto tendrían que ser los representantes de la sociedad, sin ningún color en especial.
“Porque quien tiene que transformar esto son los representantes de la nación que se encuentran en el Congreso. Son ellos quienes tienen que actuar por el bien de los ciudadanos y no por los bienes partidistas. Si el discurso es que abogan por una democracia real, entonces no habría ningún problema de nosotros en acercarnos a este interlocutor”.
En su propuesta para democratizar los medios, #YoSoy132 se basó en seis “ejes fundamentales”, entre los que destaca la necesidad de seccionar los medios en tres ámbitos: comercial, público y comunitario, fortaleciendo el sector público y equilibrando el espectro radioeléctrico con asignaciones al sector social.
En el texto se habla de la necesidad de que el Estado cumpla con su obligación de “garantizar las condiciones para el ejercicio de la libertad de expresión”, así como promover políticas públicas “que apunten hacia una alfabetización mediática, así como a la eliminación de la brecha digital.
También se destaca la libertad de información como un elemento fundamental para modificar la cultura política. Para los estudiantes, el duopolio televisivo que ejercen Televisa y TV Azteca ha rebasado al Estado, “actuando como un poder fáctico y asumiendo un papel preponderante en la toma de las decisiones estatales mediante la manipulación de la opinión pública”.
#YoSoy132 ha protestado desde su origen por los “desmesurados” beneficios económicos y políticos, “a partir de la rendición del Estado”, que han llevado a los consorcios de Emilio Azcárraga Jean y Ricardo Salinas Pliego a ejercer una “dictadura mediática” que concentra 88% en medios, entre ellos televisión, radio, publicaciones impresas, editoriales, casas productoras, portales de Internet y servicios de telecomunicaciones.
“Han conseguido el poder suficiente para influir de forma indebida en los procesos electorales, políticos, legislativos e incluso judiciales. Han manipulado y sesgado la información para construir una realidad parcial que no refleja las distintas situaciones que se viven en el país, que excluye las voces y posiciones que hacen contrapeso a sus opiniones, convirtiéndolas en verdades absolutas para la sociedad”.
FUENTE: REVISTA PROCESO
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