La crisis en la Franja de Gaza ha llegado a un momento crítico. El número de víctimas civiles crece rápidamente e Israel está llegando al límite de sus posibilidades en términos de poder aéreo.
La visita a la región del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, puede servir de oportunidad para llegar a una tregua de facto.
Pero como explica el especialista en asuntos diplomáticos de la BBC, Jonathan Marcus, los cambios en el tejido diplomático de la región pueden hacer que esto sea más difícil.
El conflicto está alcanzando un punto de inflexión. Los aliados de Israel (EE.UU. y varios países de Europa) apoyan la ofensiva militar y consideran a Hamas el responsable de este recrudecimiento de las hostilidades.
Pero el visto bueno tiene sus límites. Si Israel continúa con sus operaciones aéreas la cifra de civiles muertos no hará más que aumentar y el apoyo diplomático a Israel desaparecerá.
El fin de semana de frenética actividad diplomática entre Egipto, Turquía y Catar dio pocos resultados. Pero el objetivo común ahora es tratar de ponerle fin a este conflicto antes de que Israel inicie una operación terrestre que sólo disparará el número de víctimas.
En realidad en Israel hay poco entusiasmo por una incursión terrestre en la Franja de Gaza. Pero a falta de un acuerdo, y con 75.000 reservistas israelíes listos para salir al terreno, un ataque terrestre no se puede descartar.
Cualquier acuerdo de facto para ponerle fin a esta crisis será informal - Israel y Hamas no van a sentarse a firmar ningún papel. Ambos quieren salir de esta crisis con algo que mostrar.
Pero una de las razones por las que la diplomacia hasta ahora ha sido incapaz de detener los combates es que el entramado diplomático de la región han cambiado drásticamente.
La falta de lazos estrechos entre Israel y Turquía es uno de los factores. Pero aún más importante es el cambio de gobierno en Egipto - ahora más comprensivo en algunos aspectos con los palestinos y, ciertamente, más reticente a Israel.
Turbulencias
Para el editor de Medio Oriente de la BBC, Jeremy Bowen, esta crisis es especialmente peligrosa debido a que el Medio Oriente es más turbulento e inestable que en cualquier otro momento desde la década de 1950.
Israel y Hamas se acusan mutuamente de haber iniciado las hostilidades y en un principio se habló de un alto el fuego negociado por Egipto.
Pero el estallido se transformó en una crisis internacional agravada por el asesinato de Ahmed Jabari, jefe del ala militar de Hamas.
Las viejas certezas y algunos de los rostros conocidos se han ido.
Basta con mirar alrededor de las fronteras de Israel y los territorios palestinos.
Siria está inmersa en una guerra civil. Líbano tiene tantas conexiones con Siria que no puede dejar de participar.
En Jordania, los manifestantes están cantando el lema que utilizaron en Túnez, Egipto, Libia, Siria y otros países de la Primavera Árabe - que el pueblo quiere la caída del régimen.
Y Egipto ya no tiene de presidente a Hosni Mubarak, el hombre al que los estadounidenses y los israelíes invocaban en momentos como este, para mantener el status quo.
El exmandatario está cumpliendo cadena perpetua por su participación en la matanza de manifestantes ocurrida durante las revueltas populares que provocaron su caída a principios del 2011.
Su sucesor, elegido democráticamente, Mohammed Mursi, es también el líder de la Hermandad Musulmana - el grupo egipcio que fue pionero en difundir la idea del Islam político.
Sus ramificaciones incluyen Hamas, grupo al que Egipto le ha expresado su firme apoyo, aunque hasta ahora eso no ha ido mucho más allá de la retórica.
Mundo distraído
Y Turquía está secundando a Egipto. Detrás de las escenas, ambos presionan para un alto el fuego, pero su apoyo a Hamas le dará al grupo palestino la confianza, de ser necesaria, para seguir adelante.
Los cambios convulsivos en el mundo árabe en los últimos dos años dejaron al conflicto entre Israel y los palestinos fuera de los titulares.
Pero nunca se fue, y como recuerda Bowen, mientras gran parte del resto del mundo estaba distraída, el conflicto se agravó .
Una violenta crisis, incluso una nueva guerra, era lo más parecido a una certidumbre que existía en la política de Medio Oriente.
Israel autorizó la movilización de hasta 75.000 reservistas del ejército, Hamas está tratando de dar un golpe fuerte al lanzar misiles hacia Tel Aviv y el lado israelí de Jerusalén.
Hasta el momento lo que está sucediendo no es en absoluto de la magnitud de la guerra entre Hamas e Israel en el año nuevo de 2009.
Pero si los pedidos lastimeros de los estadounidenses y los británicos para que les hostilidades siguen siendo ignorados por ambas partes, la violencia podría seguir el mismo camino.
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