miércoles, 19 de septiembre de 2012

Un fantasma recorre el mundo laboral el outsourcing.


Outsourcing. Esa palabreja extranjera, tan de moda en los departamentos de recursos humanos de las empresas, no sólo aprieta a Federico Valencia, sino a un estimado de cuatro millones de mexicanos que trabajan en condiciones de casi total precariedad. También se le llama “tercerización” y, en pocas palabras, es un modelo laboral mediante el cual una empresa contrata a otra para que ésta la abastezca de personal sin tener que ocuparse de su salario, prestaciones o seguridad social, porque de todo eso se encarga la empresa contratista.


Este modelo tiene sus ventajas, de acuerdo con quienes lo defienden. Los costos de operación de una empresa se pueden reducir hasta 40 por ciento con la subcontratación, según cálculos del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados.
No por nada el mercado de las firmas outsourcing ha crecido y en México está valuado en 700 millones de dólares, indica el estudio.

Aunque la ley obliga a las empresas contratistas y a las beneficiarias a asegurarse de que los derechos de los trabajadores sean respetados, en la práctica la tercerización se utiliza para evadir obligaciones fiscales y patronales a costa de los empleados.

El outsourcing no sólo es un gran negocio, sino que causa un enorme boquete en las finanzas públicas del país. 


Una estimación inicial, incluida en un estudio elaborado por el diputado federal Mario Di Constanzo, sitúa en 800 mil millones de pesos el hueco en el fisco y las instituciones de seguridad social causado por el uso de este esquema laboral.

“Es un modelo nefasto, ilegal, burla los derechos de los trabajadores, convierte al trabajo en una mercancía”, así describe al outsourcing el secretario del Trabajo y Fomento al Empleo del Gobierno del Distrito Federal, Benito Mirón Lince. 

“No tiene razón de ser. ¿Por qué alguien tendría que cobrar por conseguirte trabajo?”.

Esther odia el fin de año, más bien le tiene pavor. No es que la nostalgia haga estragos ni que le atemorice el paso del tiempo. Lo que ocurre es que cada 31 de diciembre puede perder su empleo. El último día del año pasado su miedo tomó forma. La empresa para la que trabajaba, Eliabra Servicios Inmobiliarios, le entregó un documento titulado “Renuncia Voluntaria”. 

–Yo no quiero renunciar –fue primera vez que Esther se atrevía a desafiar a uno de los representantes de su patrón.
–Si no firmas, no podrrmos darte tu quincena – contestó el representante sin más explicaciones.

Esther, quien no se llama así, pero pide que en el texto se le mencione con ese nombre portemos a represalias, notó algo raro en el documento. La empresa había registrado sus ocho años de servicio como trabajadora de limpieza pero recibiría sólo 500 pesos de liquidación. Así que cuestionó esta disparidad con el representante, ya exasperado. 
–Sí, has trabajado muchos años aquí, pero sólo has trabajado un año para nosotros. La liquidación es por un año.
Esther leyó el acuerdo de su “renuncia” una y otra vez; después de un rato, resignada a no entender su contenido, lo firmó.

–Me vi mensa firmando la liquidación –dice Esther con la mirada clavada al piso–, pero no podía quedarme sin sueldo en fin de año.

Desde 2003, Esther es trabajadora de limpieza en la preparatoria “Belisario Domínguez” del Gobierno
del Distrito Federal, que administrativamente depende del Instituto de Educación Media Superior del DF.

El IEMS tiene un método peculiar para resolver sus necesidades de limpieza en sus 18 planteles. Desde su fundación, ha contratado a empresas outsourcing, a las que les paga 16 millones de pesos en promedio para que contraten y administren al personal de limpieza y mantenimiento de los planteles de preparatoria durante 10 meses.

Al concluir ese plazo, el IEMS contrata a la misma empresa o a otra para los siguientes 10 meses. Sea como sea, Esther y otros 349 trabajadores pueden ser reemplazados cada año si la empresa lo decide.

Si tienen suerte, son recontratados como empleados nuevos y temporales, por lo que no acumulan antigüedad ni tienen derecho a prestaciones.
Gana 66 pesos diarios por trabajar de lunes a sábado. Ni un peso más. “Yo me he quejado con todos:
la empresa, el gobierno, con el IEMS, pero siempre nos dicen que no se puede hacer nada”. 

Esther ya no quiere quejarse. Hace unos días le advirtieron que si seguía “molestando”, la cambiarían
de plantel. En el lenguaje de sus jefes eso significa que perderá su trabajo porque saben que para ella costear el transporte diario de su casa a otra prepa es imposible.

Para Benito Mirón Lince, secretario del Trabajo del Gobierno del Distrito Federal, las empresas de outsourcing no son muy diferentes de las tiendas de raya porfiristas. 
“Es un modelo ridículo que afecta principalmente al trabajador porque la outsourcing pide una comisión por pagar su salario, ese salario lógicamente será más bajo que el que podría pagar la empresa beneficiaria”, explica en entrevista con emeequis.

Si por Mirón Lince fuera, el modelo de outsourcing no debería existir, pero para desgracia del secretario del Trabajo no sólo está vigente, sino que crece, incluso en el propio gobierno del que es funcionario.

El Instituto de Educación Media Superior no es la única institución pública de la capital que subcontrata a su personal de limpieza e intendencia. El 1 de marzo de 2011, Mirón Lince denunció que alrededor de 120 empleados fueron contratados para servicios de limpieza en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal a través de la empresa

Tapaclean.
Los trabajadores de esa firma de outsourcing reciben 2 mil 080 pesos quincenales y laboran 14 horas diarias, de 6 y media de la mañana a las 9 de la noche. La ALDF contrató a la compañía durante un año por un monto de 10 millones de pesos. Varios contratos publicados en el sitio de internet del GDF revelan que otras dependencias contrataron servicios similares mediante el esquema de outsourcing, por ejemplo la  Procuraduría General de Justicia, así como las secretarías de Turismo, Finanzas, Cultura, Desarrollo Social y
Desarrollo Rural.

Mirón no desconoce esta situación y ha propuesto al gobierno capitalino un programa para contratar gradualmente al personal y dejar de de26 pender del outsourcing, pero asegura que el proceso puede tardar años. 

“Es un asunto que hemos heredado desde hace mucho tiempo”, asegura. “Implica muchos cambios, principalmente aumentar costos presupuestales para contratar a los trabajadores. No se resolverá de la noche a la mañana”.

El gobierno del DF no es el único que realiza contratos millonarios con firmas que proveen personal de intendencia. La Secretaría del Trabajo y Previsión Social pagó en 2010 una cifra de 8.4 millones de pesos a la empresa Limpia Tec, misma que recibió otros 64 millones de pesos de parte del Servicio de Administración Tributaria también en 2010.

La empresa Alfa Sol provee servicios de outsourcing de limpieza a las secretarías de la Reforma Agraria, Función Pública y a la Policía Federal, pero sus contratos más grandes los firmó con la Cámara de Diputados.

Alfa Sol recibía aproximadamente 20 millones de pesos cada 10 meses por contratar y administrar al personal de limpieza del Palacio Legislativo. Hasta que en febrero y en marzo de 2011, decenas de empleados de Alfa Sol protestaron en las instalaciones del Palacio Legislativo. Exigían prestaciones y un aumento a su salario, de unos 600 pesos semanales. 

Una semana después de la protesta, concluyó el contrato de Alfa Sol con la Cámara de Diputados, cuyos administradores decidieron cambiar de proveedor de personal de intendencia. Firmaron con Kasper Limpieza y Mantenimiento, lo que ocasionó que 150 personas fueran despedidas. 

Hay más de un método para burlar al fisco y al seguro social a través del outsourcing.
Una empresa puede crear una filial dedicada únicamente a la contratación de su personal, con lo que se ahorra el reparto de utilidades. También puede transferir sus empleados a una sociedad cooperativa o sociedad en nombre colectivo, que cubrirá los salarios bajo conceptos ficticios como bonos, previsión social o alimentos, para evadir pagos del Impuesto Sobre la Renta. O bien, puede asociarse con una empresa contratista que entregará a los empleados constancias falsas de retención del Impuesto sobre el Valor Agregado, monto que nunca pagará a Hacienda y que repartirá a sus accionistas, sus clientes y la autoridad fiscal que les ayude en el proceso. 

Esto son algunos esquemas que han detectado los funcionarios del Servicio de Administración Tributaria (SAT) durante sus investigaciones para atrapar a las empresas que practican el “outsourcing ilegal”. La autoridad fiscal comenzó a auditar empresas que utilizan este modelo laboral después de recibir notificaciones del IMSS y del Infonavit de que experimentaban enormes caídas en la recaudación de cuotas. 
El mismo SAT pronto comenzó a notar decrementos de proporciones similares en los pagos del Impuesto sobre la Renta. Un estudio realizado por el diputado Mario Di Constanzo, con base en datos oficiales del IMSS, Infonavit y el SAT, calcula las evasiones de impuestos y pagos de seguridad social en la industria del outsourcing en los últimos cinco años. Di Constanzo lo llama “una de la mayores defraudaciones fiscales de la historia de México”. 

Basta con leer las cifras:
• Cuotas y recargos del IMSS: $180 mil millones
• Cuotas y recargos del Infonavit: $70 mil millones
• ISR y recargos: $265 mil millones
• Impuesto sobre nóminas y recargos: $30 mil millones
• Costos de IVA: $250 mil millones

En total son 794 mil millones de pesos, una monstruosa cifra. Di Constanzo asegura en su estudio que descubrir estos esquemas no es tarea fácil. 
“Al fin y al cabo lo que se persiguen son fantasmas. La rotación de las empresas subcontratadas, las jurisdicciones aplicables y los prestanombres correspondientes hacen muy elusiva la acumulación de información necesaria para realizar las denuncias respectivas”.

El SAT anunció en febrero de este año que emitió las primeras 33 denuncias penales contra empresas que tan sólo en 2010 evadieron 21 mil millones de pesos. No reveló nombres, pero sí las actividades económicas: hoteles, clubes de futbol y distribuidoras de autos nuevos, entre otras. Tampoco ha informado el número exacto de su lista de empresas sospechosas, pero ofreció un estimado: más de 100.

El outsourcing, en su concepto básico, no es ilegal en México. La Ley Federal de Trabajo establece que una empresa puede utilizar los servicios de otra para reclutar o recibir asesoría en la selección de su personal.

La ley establece que una empresa puede realizar obras o servicios para otra, siempre y cuando “la empresa beneficiaria sea solidariamente responsable de las obligaciones contraídas con los trabajadores y que éstos laboren bajo condiciones proporcionales a las de los trabajadores que ejecuten trabajos similares en la empresa beneficiaria”. 

Uno de los elementos más polémicos en la ya postergada reforma a la Ley Federal de Trabajo, impulsada en principio por diputados del PRI y el PAN, es la propuesta de regular este modelo, establecer una definición de outsourcing, obligar a las empresas a registrar el contrato de prestación de servicios e imponer multas y fianzas para asegurar que la empresa contratista cumpla con sus obligaciones patronales.

“Es una propuesta ridícula”, asegura Mirón Lince. “No hay que regular la práctica sólo porque ya se usó. Entonces también habría que reglamentar el robo para que en vez de 100 te quiten 45 pesos”.

Alfonso Bouzas, especialista del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, asegura que los cambios propuestos sólo aumentarán las malas prácticas del outsourcing. “La reforma pretende eliminar la responsabilidad solidaria de la empresa beneficiaria y hacer a la empresa contratista la única responsable”, explica el investigador. “La contratista debe asegurar el cumplimiento de sus obligaciones laborales con una fianza. Pero si una fianza no garantiza la entrega de un coche, por ejemplo, qué se puede esperar en este caso”. 

Bouzas explica que a falta de especificaciones en la reforma de cómo, cuándo y en qué áreas se puede hacer uso del outsourcing, las empresas continuarán empleando métodos que se adapten a sus intereses económicos. “Todos van a optar por la tercerización”, asegura. Para el especialista en derecho laboral, la propuesta de reforma no esconde su naturaleza “flexibilizadora”, es decir, que promueve la subcontratación para elevar la competitividad de las empresas. 

“Pero no es posible que busque conseguirlo creando empleos desechables y eventualmente prescindibles”, apunta Bouzas. “España, Uruguay y Argentina optaron por reformas similares que ahora se están echando para atrás. En algunos años estaremos gritando por la necesidad de otra reforma a la ley laboral”.

En opinión del secretario del Trabajo del gobierno capitalino, las empresas podrán ahorrar mucho dinero a través del outsourcing, pero a largo plazo no les ayudará a ser más competitivas. “Si castigas al salario, castigas el consumo; si nadie consume tu producto, no hay necesidad de producción y, por lo tanto, no habrá empleo. Este modelo no ayudará al desarrollo del mercado interno. No funciona”.

Rolando Hidalgo confiesa que él estuvo a punto de ser uno de los miles de empresarios en México que recurren al outsourcing para evitarse los dolores de cabeza de contratar personal. Propietario de SGP del Valle, una pequeña empresa que provee equipo y sistemas de terapia física a spas y clínicas, acudió a la compañía de outsourcing Manpower, una de las más importantes en México, en busca de personal para su área de ventas.
Había descubierto que algunos de sus empleados de ventas trabajaban para otras empresas sin su autorización.

Manpower podría ofrecerle personal de confianza. “Al final no era la mejor opción para mí, pero no creo que el outsourcing una práctica mala”, aclara. No es el único industrial que tiene una percepción positiva sobre el modelo. Una encuesta aplicada en 2009 por la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos a 266 empresarios revela que 90 por ciento de ellos considera efectiva la tercerización de personal. Piensan que una de las principales ventajas del outsourcing es que permite al patrón “enfocarse en asuntos estratégicos de la empresa, ahorra tiempo y obtiene mayor productividad”.

En opinión de Hidalgo, el outsourcing se ha convertido en un gran negocio debido principalmente a la falta de una ley laboral que equilibre los derechos de los patrones y de los trabajadores. 
“Cuando contratas a un empleado, te casas con él. Es un matrimonio al que le tienes que cumplir todo al pie de la letra”.
“El divorcio es carísimo”, agrega Hidalgo.
“Llevar un caso de despido a los tribunales es un proceso cansado y costoso. Todos los empresarios conocemos compañías que han quebrado sólo por tener que pagar indemnizaciones y salarios caídos. En México, quien contrata y amplía su planilla es verdaderamente un temerario”. Todos los empleados que trabajan para él se encuentran en la nómina de la compañía, pero Hidalgo asegura que esta situación coloca a muchas pequeñas y medianas empresas en un dilema. “A veces tenemos que decidir entre contratar más personal o crecer como empresa”. 

En su opinión, la flexibilización laboral no afectaría los derechos de los trabajadores siempre y cuando la ley estableciera candados para evitar el uso ilegal de este esquema de contratación. “Hay muchas empresas que abusan del outsourcing, por eso la ley debería permitirla sólo en casos específicos”.

“Es mucho trabajo y muy poca paga”, fue lo que primero que le dijo el reclutador a Federico Valencia Montoya el 7 de julio de 2009 en las puertas del plantel Tláhuac de la preparatoria del Gobierno del Distrito Federal. Le advirtieron lo de la paga, pero nunca le dijeron que no tendría derecho a prestaciones, ni seguro y que cada fin de año, podía perder su trabajo. Ante un panorama así, Federico y sus compañeros de limpieza e intendencia de los preparatorias del gobierno capitalino formaron una cooperativa para exigir los  derechos laborales que las empresas de outsourcing contratadas por el IEMS les habían negado durante años.

Después de meses de protestas, reuniones y sesiones en la Junta de Conciliación y Arbitraje, la cooperativa logró un convenio con su patrón actual, la empresa Ajusco Tecnolimpieza, y la Secretaría del Trabajo para que todos ellos sean inscritos al IMSS, tengan un horario definido y no sean transferidos sin su onsentimiento a otros planteles. Lo de la paga no ha cambiado. Federico seguirá ganando 9.42 pesos por hora.


FUENTE:http://www.m-x.com.mx/2011-05-01/un-fantasma-recorre-el-mundo-del-empleo-el-outsourcing/

1 comentario:

  1. No es nuevo el outsourcing
    Ya se emplea en su mayoria en hoteleria
    La mayoria son de turnos de 12 hrs,te pagan un poco mas que el de 8 Hrs pero ganan por que se ahorraron el 3er turno
    Obvio un padre de Familia preferira el de 12hrs por unos pesos de mas.
    Tienen publicidad de contratacion permanente en periodicos,asi es que no les preocupa en lo minimo si renuncia o despiden personal,ya tienen mas personal esperando ser reclutado.
    Te pagan o depositan con monedero electronico y el talon o nomina lo hacen como si ganaras salario minimo para evadir impuestos.
    Si faltas un dia te descuentan 2
    Si no te quedas a laborar "un poco mas" o reniegas de algo vas para fuera que hay 5 personas ya listas para remplazarla
    Y claro bonos al supervisor que convenza a laborar su dia de descanso

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