Fuente de HispanTV: http://hispantv.com/detail/2013/09/08/239940/cuando-ee-uu-habla-cuestiones-humanitarias-para-atacar-siria
"Somos Estados Unidos. No podemos seguir ciegos ante las imágenes que hemos visto de Siria (...). Por eso, pido a los miembros del Congreso, a ambos partidos, que se unan y actúen para promover el mundo en el que queremos vivir, el mundo que queremos dejar a nuestros hijos y a las futuras generaciones". Estas fueron las palabras pronunciadas por el mandatario estadounidense, Barack Obama, en su intento por conseguir un acuerdo del Congreso para autorizar un ataque militar a Siria.
Pero, ¿de verdad las autoridades de este país, que cuenta con un historial lleno de manchas, se esfuerzan para salvaguardar los intereses de los seres humanos? Para saber la realidad de la postura de las autoridades de los Estados Unidos basta echar un solo vistazo a su historia contemporánea.
En la guerra impuesta por Irak a Irán, también, fueron utilizadas armas químicas en varias ocasiones, aprovechando la ayuda de las imágenes de satélite, mapas y otras informaciones proporcionadas por el Gobierno de EE.UU. Según la revista ‘Foreign Policy’, citando documentos de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA), la entonces Administración estadounidense estaba al tanto de que el régimen de Sadam Husein pretendía utilizar armas químicas, hecho que llevó a cabo en las localidades de Halabja y Sardasht, donde miles de personas perdieron la vida y miles más resultaron heridas por los efectos de los gases mostaza y sarín empleados.
"Los iraquíes nunca nos dijeron que pretendían utilizar gas nervioso. De hecho, no hacía falta ya que lo sabíamos nosotros mismos", afirmó el excoronel de la Fuerza Aérea de EE.UU. Rick Francona. La República Islámica de Irán trató de llevar el asunto ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), no obstante, no consiguió nada, ya que gran parte de las evidencias que Irán necesitaba, en aquel momento, estaban entre los informes y memorandos de máxima seguridad de la CIA, los mismos que fueron enviados a funcionarios de alto rango en Washington, pero que el Gobierno estadounidense ocultó para bloquear la denuncia presentada por Irán en la ONU.
De acuerdo con la revista, las ayudas de Inteligencia que brindaba EE.UU. a Irak pretendían ejercer presión sobre Irán para ralentizar su avance y, así, obligarlo a ‘tirar la toalla’. Hoy, lo mismo está ocurriendo en el caso de Siria. Mientras los mercenarios y opositores armados en este país estaban avanzando y lograban ocupar puntos estratégicos, no se produjo ninguna reacción contundente de las superpotencias, especialmente cuando el pasado 5 de mayo, un equipo de investigadores de la ONU confirmó el empleo, en Siria, de gas sarín por los terroristas en Jan al-Asal (Alepo), hecho que acabó con la vida de decenas de personas. Incluso cuando los propios rebeldes hacían públicas las imágenes de sus repugnantes actos: sacar el corazón a un soldado sirio y morderlo o fusilar y ejecutar a niños, tampoco vimos una postura así de firme por parte de EE.UU. ni ninguno de sus aliados a favor de una guerra directa por cuestiones humanitarias.
Actualmente, los anhelos de intervención de la Casa Blanca en el país árabe están motivados por los avances del Ejército sirio, que han ido recuperando zonas ocupadas por los rebeldes y los han obligado a retroceder. De este modo, quieren debilitar a las fuerzas sirias en varios puntos estratégicos, y ayudar a los terroristas para que den continuidad a sus actos contra el gobierno.
La huella de EE.UU. en este tipo de atrocidades se observa retrocediendo un poco en la historia. En el bombardeo de EE.UU. contra la ciudad iraquí de Faluya, en 2004, se usó fósforo blanco, que motivó el aumento significativo de los niños que sufren cáncer. Según el diario británico "The Independent", el nivel de personas con cáncer en esta ciudad es mucho mayor que las de Hiroshima y Nagasaki, que fueron objeto de ataques nucleares.
EE.UU. aparece en la historia universal como el único país que ha hecho uso de una bomba atómica contra una nación. Este país desarrolló sus primeras armas atómicas durante la Segunda Guerra Mundial, en colaboración con el Reino Unido y Canadá, por temor a que Alemania las desarrollara primero. Posteriormente, realizó su primera prueba nuclear en 1945 (Prueba Trinity) y, hacia finles de ese mismo año, llevó a cabo el bombardeo atómico sobre Hiroshima y Nagasaki. Se calcula que las bombas asesinaron a 140 000 personas en Hiroshima y 80 000 en Nagasaki. En ambas ciudades, la gran mayoría de las víctimas mortales fueron civiles. También, los EE.UU. fueron los primeros en desarrollar la bomba de hidrógeno, la que probaron en 1952, y dos años más tarde, en 1954, hicieron lo mismo con una versión desplegable. Durante la Guerra Fría, Estados Unidos llegó a poseer unas 35 000 armas nucleares.
Sin duda alguna, deben de existir infinidad de documentos que pongan de relieve los crímenes de lesa humanidad cometidos o apoyados por EE.UU., que tarde o temprano saldrán a la luz, y revelarán al mundo, la verdadera naturaleza belicista de los gobernantes de este país. No obstante, la Casa Blanca debe de saber que cualquier agresión contra Siria conllevará grandes problemas para la región de Oriente Medio, ya que según el representante de Rusia ante la ONU, Vladímir Pushkov, cualquier ataque a los arsenales químicos del páis árabe motivaría la extensión de este material a otras partes de la zona, y causaría más muertos y víctimas.
Queda por ver cuándo las superpotencias dejerán a un lado su palabrería y respetarán verdaderamente los derechos humanos.
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