El presidente Enrique Peña Nieto anunció que la reforma energética que se cocina en la mesa del Pacto por México implicará abrir a la inversión extranjera diferentes ramos de la producción petrolera.
No obstante, cuando la prensa mexicana preguntó al respecto, el mexiquense evadió el tema y afirmó que el Estado mantendrá la rectoría en Petróleos Mexicanos (Pemex).
Durante la visita que realiza a Reino Unido, donde viajó para sostener encuentros con representantes de instituciones privadas, además de que participó como invitado en un almuerzo durante la reunión del G-8 (grupo de los países más industrializados, del que México no forma parte), Peña Nieto ha concedido entrevistas exclusivas a la prensa internacional, con la que abordó, entre otros asuntos, el tema petrolero.
“Yo creo que en ese tema no quisiera adelantar puntos particulares de lo que en su momento estaremos presentando a consideración del Congreso”, expresó el Ejecutivo, e insistió que el Estado mantendrá la rectoría en Pemex y la propiedad de los hidrocarburos.
Sin embargo, en una entrevista con la agencia Bloomberg, Peña Nieto admitió que busca romper el monopolio estatal en la exploración y producción de gas y crudo.
“Es obvio que Pemex no tiene la capacidad financiera para estar en cada frente de la generación de energía”, dijo el mandatario.
Además, al diario Financial Times le dijo que a más tardar en tres meses presentará la iniciativa respectiva, y advirtió que hay “diferentes opciones con respecto a cómo debe ser la reforma, pero estoy seguro que será trascendental, con los cambios constitucionales necesarios para darle certeza a los inversionistas privados”.
Inclusive minimizó la oposición para abrir a la inversión extranjera la exploración y producción de gas y crudo, bajo el argumento de que en democracia no hay unanimidad.
Agregó: “Aunque el Pacto no incluye a todo el mundo, sí incluye a las partes más importantes. Y siempre habrá voces disidentes, como sucede en cualquier país libre”.
En el breve encuentro que este martes tuvo con reporteros de la fuente presidencial en Londres, Peña Nieto se remitió a la agenda del Pacto por México. Pero fue más cauto y dijo que ni siquiera se sabe si la reforma petrolera se hará a partir de una reforma constitucional o sólo con la legislación secundaria.
Señaló que existe coincidencia en la mesa del Pacto para “explorar los mecanismos que hagan posible ampliar la capacidad productiva de Pemex a través de la participación del sector privado”.
Con el Pacto por delante, el exgobernador del Estado de México atribuyó cada uno de sus anuncios, comentarios y optimismos sobre la inversión extranjera a los resultados que ha arrojado el acuerdo entre las cúpulas de los tres partidos con mayor representación electoral del país. Según Peña, el mundo entero observa el desempeño del Pacto por México.
“Yo creo que el mundo está observando (…) El interés de varios países sobre México no deriva de lo que estamos aquí posicionando, de lo que vengamos a compartir, deriva de lo que están observando que está ocurriendo en el país”.
Subrayó:
“Lo que el mundo está observando, a partir de ello, es un acuerdo tomado, el que a este momento ya se tengan reformas de carácter constitucional realizadas en materia de competencia económica, en materia de telecomunicaciones, en materia de educación, en materia laboral”.
Fugacidad en el G-8
La asistencia de una delegación mexicana al Reino Unido tiene como objetivo cubrir las actividades del presidente Enrique Peña Nieto en el marco de la cumbre del G-8.
La invitación a Peña Nieto para esta jornada incluyó sólo su presencia en un almuerzo con los jefes de Estado y de gobierno de las potencias globales que se realizó en Belfast, Irlanda del Norte, a donde por cierto no pudo entrar buena parte de la delegación y ningún representante de la prensa mexicana que acompaña al mandatario. Ellos vieron transcurrir la jornada desde Londres, donde se encuentran hospedados.
De acuerdo con el propio mandatario mexicano, lo anterior se debió a las restricciones impuestas por los organizadores del evento y las medidas de seguridad adoptadas.
En el almuerzo de Belfast estuvieron presentes, además de Peña Nieto, los presidentes de Liberia, Libia, Senegal y Etiopía.
Naturalmente, a la cumbre asistieron los líderes del Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y el Fondo Monetario Internacional.
Con todos ellos el mandatario mexicano tuvo conversaciones “informales”.
Según Peña Nieto, en el almuerzo habría fijado la posición de México en materia de impuestos, transparencia y comercio internacional.
Y aprovechó para anunciar una reforma hacendaria que, de nueva cuenta, atribuyó al Pacto por México, sobre el que abundó en su exposición.
Además, en materia fiscal expresó el interés de su gobierno por formar parte de una iniciativa multilateral de intercambio automático de información con Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido, y mencionó el acuerdo que en la materia ya se tiene con Estados Unidos y que iniciará en 2014.
También abordó el tema de la transparencia y presumió las dos iniciativas que ha planteado: transparencia y creación de la Comisión Nacional Anticorrupción, y recordó que México preside la Alianza para el Gobierno Abierto.
“Fue una oportunidad para refrendar la posición que México guarda sobre este tema… de seguir siendo un ferviente e importante promotor del libre comercio. México reconoce que a través del libre comercio se puede lograr mayor crecimiento económico y desarrollo social”, explicó Peña.
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