lunes, 22 de abril de 2013

Oficialmente, se destinaron 72 mil pesos mensuales para cada pobre

En 42 años el gobierno federal ha destinado más de 2 billones de pesos en programas de combate a la pobreza. No obstante, el fracaso de la política fincada en los subsidios se ha hecho patente: hoy existe un 55 por ciento más pobres que en 1970. De entregarse la suma directamente a cada persona en situación de pobreza, le habrían correspondido más de 72 mil pesos mensuales durante 42 años, afirma el Centro de Análisis Multidisciplinario.



El presupuesto público federal ha destinado 2 billones 72 mil 892 millones 821 mil pesos a programas para combatir la pobreza entre 1970 y 2012, indica un análisis elaborado por el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad de Economía, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
De entregarse la suma de manera directa a los 57 millones 123 mil pobres que contabiliza hasta el día de hoy la administración federal, a cada uno le habrían correspondido 36 millones 366 mil 541 pesos, estima el CAM.
De acuerdo con el Centro de Análisis Multidisciplinario, la cifra se obtuvo a partir del uso de un deflactor implícito: un índice que se utiliza para ajustar estadísticamente el comportamiento de la economía, por lo que se incluyó, para este cálculo, la inflación y la devaluación del peso mexicano ocurrida en 1992.
Cabe destacar que a partir de 1993 se eliminaron tres ceros a la unidad monetaria mexicana. Por ello, la cifra del gasto total proporcionada por el CAM asciende a 2 billones y no a 2 mil billones de pesos.
La cifra equivaldría a darle a cada uno de los más de 57 millones de pobres “oficiales” 72 mil 155 pesos mensuales durante 42 años.
“Esto muestra el fracaso total del modelo económico de la política social y de combate a la pobreza”, señala el CAM en su estudio publicado en su Reporte 108, presentado a inicios de abril.
En éste, el Centro documenta que en ese periodo el número de pobres aumentó en 55 por ciento, pese a que los recursos se incrementaron en más del 90 por ciento en comparación con lo invertido durante el sexenio de Luis Echeverría Álvarez.
“Las políticas sociales de corte asistencialista no han generado los resultados esperados por las autoridades gubernamentales”, afirma, por separado, la Unidad de Evaluación y Control (UEC), dependiente de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación, de la Cámara de Diputados.

En el Informe sobre resultados de los programas de combate a la pobreza en México, la UEC?señala que la asignación de subsidios a través de programas direccionados a las familias más pobres del país demostró ser una política social insuficiente.
Para David Lozano, integrante del Centro de Análisis Multidisciplinario, el dinero erogado no ha contribuido a superar las condiciones de pobreza de la población. El argumento es ratificado por datos de la Encuesta nacional de ingresos y gastos de los hogares, que estima que los índices de pobreza se incrementarían de no existir los actuales programas sociales.
Según la Encuesta, la pobreza alimentaria transitaría del 18.8 al 21.7 por ciento; la pobreza de capacidades, de 26.6 a 29.1 por ciento; y la pobreza patrimonial se elevaría de 51 a 52 por ciento.
 “El gran negocio de los gobiernos ha sido la pobreza: hablan de la pobreza, dedican miles y miles de millones a la pobreza y la gente sigue pobre”, afirma en entrevista Uriel Flores Aguayo, legislador federal e integrante de la Comisión de Desarrollo Social de la Cámara de Diputados.
El diputado perredista sostiene que los programas asistencialistas están condenados al fracaso. “Es un baúl sin fondo. Es botar dinero para resolver el día a día”.
De cada peso asignado al combate a la pobreza, el 70 por ciento se utiliza para funciones operativas, asegura el CAM en su Reporte.
Para Flores Aguayo, cada programa de combate a la miseria “es darle oportunidad a los operadores de que se enriquezcan. Darle el dinero a un operador político es para que se agarre la mitad y la otra mitad la reparta como migajas”.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), las transferencias sociales en efectivo sólo representan alrededor del 8 por ciento del ingreso familiar disponible, y la mitad de esas prestaciones benefician a quienes están situados en el segmento superior de la escala de distribución; e insiste en que el 20 por ciento más pobre del país apenas recibe el 10 por ciento de los fondos.

Pobreza transexenal

Durante el sexenio de Luis Echeverría (1970-1976) se destinaron 34 mil millones 345 mil pesos en programas para mejorar el nivel de vida de 31 millones 450 mil pobres contabilizados en la década de 1970, según investigaciones del CAM.
Con 879 millones 232 mil pesos y 57 millones 123 mil pobres al final del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, el gasto gubernamental en los programas de combate a la pobreza a nivel federal, local y municipal se incrementó en términos absolutos en 96.1 por ciento.
“Pese al constante incremento del gasto en materia de desarrollo social, las políticas gubernamentales no se han traducido en una mejor calidad de vida para los mexicanos que viven en condiciones de pobreza”, señala la Unidad de Evaluación y Control en el Informe sobre los resultados de los programas de combate a la pobreza en México.
Araceli Damián, investigadora en El Colegio de México, acota que fue durante la gestión de Carlos Salinas de Gortari cuando se le dio un giro a las políticas para combatir la pobreza y se dirigieron hacia el asistencialismo. Antes de eso, explica, Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo y Miguel de la Madrid encaminaron los trabajos y recursos a garantizar los productos básicos a la población y así evitar el encarecimiento, además de la creación de infraestructura de seguridad social para cumplir con los derechos de los trabajadores. “Salinas inicia con la ola de ‘lucha contra la pobreza’. Transforma la idea de política social”.


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