Las empresas petroleras extranjeras que pretenden apoderarse del petróleo y el gas de México, tienen grandes aliados en nuestro país.
El gobierno de Enrique Peña Nieto, el PRI, el PAN y sus aliados privados, nacionales y extranjeros, han lanzado una campaña para convencer a los mexicanos de las bondades de aprobar la reforma energética. Sin embargo, no hablan una palabra del tráfico de influencias y de la corrupción que aquejan a Pemex.
Las empresas petroleras extranjeras que pretenden apoderarse del petróleo y el gas de México, tienen buenos aliados en nuestro país. Además de Peña Nieto y su gabinete, hay exfuncionarios públicos, antiguos directores de Pemex, titulares de Hacienda y de Energía de los gobiernos de Salinas, Zedillo, Fox y Calderón, que trabajan para las trasnacionales y bancos de inversión en negocios del sector energético. Ellos impulsan y cabildean a favor de la reforma de los artículos 27 y 28 constitucionales, de la apertura total del sector y de la venta de activos de Pemex.