domingo, 2 de junio de 2013

Moreleando: tomar la calle para sacar a Torreón del coma

Fuente de Animal Político: http://www.animalpolitico.com/2013/06/morelenado-tomar-la-calle-para-sacar-a-torreon-del-coma/#axzz2V3m9pDJN


La Avenida Morelos fue el paseo obligado de las familias de la clase media en La Laguna y con las crisis económicas y, recientemente, la presencia del crimen organizado, ha entrado en decadencia. Un grupo de ciudadanos intenta recuperarla.

La iniciativa ciudadana 'Moreleando' pretende que los torreonenses recuperen la emblemática Avenida Morelos. //Foto: Cortesía El Siglo de Torreón.


Antes de la crisis de violencia, lo único que podía relegar a los torreonenses de las calles eran los más de 40 grados de sol agobiante y, generalmente, ni eso. En los últimos años el miedo, la depresión y la apatía atacaron al corazón de la ciudad y a sus principales vías. La Avenida Morelos entre ellas.

A mediados del siglo pasado, la Avenida Morelos fue el paseo obligado de las familias de la clase media y media alta. La gente iba a “morelear” en sus comercios, cafés y plazas. Ahí se tejió buena parte de la sociedad torreonense porque fue el lugar donde los hoy bisabuelos ‘echaron novio’.
Hoy quedan pocos locales. La inseguridad los ha cerrado. Las vitrinas están vacías. Las fachadas, descuidadas. Por la noche, las emblemáticas palmeras de la avenida quedan a la luz ámbar, empañada y deprimente que ofrece el alumbrado público.
No hay en toda La Laguna calle más emblemática y llena de historia. Por eso, su estado de coma preocupa a muchos, pero ocupa sólo a unos cuantos.

Decididos a sacar a la Morelos del marasmo, cinco ciudadanos se propusieron devolver a la avenida su sentido original. Un paseo 
ciudadano para conocerse y divertirse. El proyecto consiste en cerrar a la circulación vehicular los 1.5 kilómetros que hay entre la Alameda Zaragoza y la Plaza de Armas ­—dos de los principales espacios públicos de Torreón— para hacerla foro de músicos, pintores, cirqueros urbanos, bailarines y ciclistas. En el nombre, la iniciativa lo dice todo: “Moreleando, de vuelta al centro”.
Este sábado, Moreleando (@MoreleandoTRC) se celebra por quinta vez. El primero se celebró el 10 de noviembre de 2012 con unos 400 asistentes. Para el segundo, en febrero, sumaron mil 400 personas. La tercera ocasión, el 9 de marzo, convocaron a unos mil 500 según cálculos del grupo, y para el cuarto, el pasado 20 de abril, la asistencia se mantuvo prácticamente igual.

// Foto: Cortesía El Siglo de Torreón.


‘Una vena que se va cerrando’
“Decidimos entender el corazón de la ciudad como un reflejo de su estado en general. Llegas a cualquier ciudad y el centro dice mucho de cómo se encuentra la sociedad”, dice Jorge Ruvalcaba, arquitecto torreonense de 33 años y uno de los organizadores.
Moreleando fue echado a andar en noviembre de 2012. La gravedad del centro ameritaba que el proyecto fuera tratado como paciente ingresado a urgencias. Requería inmediatez y no la tardanza eterna de la burocracia. Necesitaba acciones vivibles, radicales y colectivas.
Dos arquitectos, un administrador de empresas y dos catedráticos de universidad decidieron saltarse las instancias oficiales e invitar a la Morelos a artistas de todo tipo. Prácticamente el único apoyo que solicitaron al ayuntamiento, fueron agentes de vialidad para que los asistentes así fueran dos o mil, pudieran circular a pie libremente.
Murales, música y participación ciudadana son algunos de los aspectos que conforman Moreleando. //Foto: Cortesía El Siglo de Torreón.
“El núcleo fue concebir otro modo de estar en Torreón. No queremos que el gobierno nos resuelva las cosas”, agrega Elías Agüero, administrador de empresas de 43 años y socio de uno de los pocos bares que sobreviven en la vida nocturna lagunera. Para explicar la importancia de Moreleando se vale de una comparación.
“La ciudad es un órgano y las calles son sus venas. Me cayó ‘el veinte’ de que la Alameda Zaragoza es como un pulmón. La energía de la ciudad llega ahí, se limpia y sale. Dentro de esa idea, la Morelos es una avenida muy importante y hoy está decadente. Es una vena que se va cerrando”.
Moreleando es sólo una muestra de los grupos ciudadanos que han surgido en La Laguna a raíz de la crisis de inseguridad que la ha convertido en la segunda Zona Metropolitana más violenta del país, según el Observatorio Ciudadano de la Violencia. Junto a grupos de defensa de derechos humanos o de impulso al uso de la bicicleta y a una movilidad urbana incluyente, esta iniciativa busca transformar tanto al gobierno local como a la ciudadanía. Sobre todo, a ésta última, para que asuma la necesidad de su participación en la recuperación de la Comarca Lagunera.
El proyecto, a contracorriente
Dos días antes del primer Moreleando, el 8 de noviembre de 2012, dos agentes de la Policía Federal fueron baleados en el hotel donde se hospedaban todos los desplegados en la estrategia contra el narcotráfico. Ese fue el primero de una decena de ataques con los que la corporación cerró el año.
El dato parecería ‘normal’ en una ciudad con un asesinato diario en promedio, pero el hotel donde dormían los federales está justo frente a la Plaza de Armas. Punto donde terminan los 1.5 kilómetros que comprenden Moreleando.
“En los medios nos preguntaban si llevaríamos a cabo Moreleando a pesar de los ataques. Nosotros respondimos que no era a pesar de ellos, sino precisamente por ellos”, cuenta el sociólogo, sacerdote jesuita y catedrático Salvador Sánchez, otro de los organizadores de la iniciativa.
De 37 años y llegado de Tlaxcala hace dos años y medio —justo cuando arreciaba en Torreón la crisis de seguridad— Salvador notó la depresión de La Laguna hasta en los corredores de la Universidad Iberoamericana, donde trabaja. “Al terminar la última clase, nadie se quedaba en los pasillos. De inmediato, todos los alumnos corrían a sus casas”.
La inseguridad, sin embargo, no fue el único obstáculo. Los organizadores cuentan que cuando llevaron el proyecto a la dirección municipal de cultura de Torreón, el titular, Jaime Muñoz Vargas, les sugirió reducir el proyecto a unas cuantas cuadras, “para que luciera”. Su argumento, cuentan, fue la dificultad para crear públicos en La Laguna. Los organizadores no cedieron a la visión pesimista y cerraron las 14 calles que hay entre la Alameda y la Plaza Mayor desde el primer evento.
En la víspera del primer Moreleando, Guiomara Alvarado, organizadora y profesora de la Universidad Iberoamericana, tuvo un encuentro con el alcalde de Torreón, Eduardo Olmos. El priista prometió apoyo absoluto a la iniciativa, pero a la tercera celebración, los hechos fueron diferentes. Los agentes de vialidad asignados a controlar el tráfico vehicular se redujeron casi a la mitad.
“Hoy Moreleando se hace con los recursos de los que participan. Los grupos llevan sus propias bocinas, micrófonos. Los comerciantes prestan enchufes. Cada quien aporta su tiempo y su trabajo”, dice la profesora
Desde el año pasado, comerciantes de la Avenida Morelos impulsan un proyecto para hacerla peatonal y con ello, recuperarla. // Foto: Cortesía El Siglo de Torreón.

Moreleando llega a su quinta celebración como un proyecto que si bien no ha convocado a masas a las calles, cada vez suma más visitantes, artistas y comercios. De cuatro “estaciones culturales”, como llaman a los puntos donde hay presentaciones o exhibiciones de arte, hoy suman casi 20. Es decir, crecieron cuatro veces su oferta cultural en menos de seis meses.

“Si hemos sido capaces de cerrar cuatro veces la Avenida Morelos y hacer que la gente participe, podemos mejorar la ciudad”, sentencia el arquitecto José González de 27 años, parte del grupo organizador.
‘Queremos ser una piedra en el zapato’
Moreleando supo ver en la inseguridad un aliciente más que  un obstáculo. Y de la misma forma ha actuado la lentitud del ayuntamiento y la falta de transparencia. Desde mediados del año pasado, y como medida de presión de los comerciantes de la avenida, el ayuntamiento ha considerado cerrar un tramo de 10 cuadras a y volverlo peatonal para que resurga como en los años 50. El proyecto avanza a ‘velocidad tortuga’.
En noviembre del año pasado, el Comité de Impuesto Sobre Nómina, formado por empresarios, y el Gobierno estatal y municipal, aprobaron destinar 40 millones de pesos para un proyecto llamado ‘Paseo Morelos’. A esa cifra se sumarían otros 20 millones que la presidencia de Torreón aportaría al proyecto. De todo ello no se ha visto mas que la buena intención.
Antes era muy ortodoxo y proponía que no tuviéramos nada que ver con el gobierno, pero caí en la cuenta de que si quieres incidir en algún nivel en la administración pública tienes que tomarlos en cuenta”, dice Elías Agüero. “No queremos que nos digan que somos panistas o priistas. La gente normalmente piensa que somos acarreados, empleados del municipio y nosotros queremos romper con eso. Somos ciudadanos y en cada foro nos encargamos de aclararlo. Somos una reacción a los síntomas de Torreón”.
José González, el más joven de todos los organizadores, secunda a su compañero.
“Buscamos tener injerencia en las políticas públicas de la ciudad. No quedar fuera. Queremos convertirnos en una piedrita en el zapato para los gobernantes. Que sepan que hay un grupo de ciudadanos que ya no está dormido. Tienen que informarnos, considerarnos, y hacernos parte, pero siempre en la luz pública. No iremos con ellos a lo ‘oscurito’”.
En camino a esas metas, este sábado, a partir de las 18:00 horas, la avenida Morelos volverá a ser espacio colectivo. En sus banquetas de adoquines con hexágonos rojos y amarillos no resaltarán las vitrinas vacías y las fachadas descuidadas, sino muralistas, jazzistas, malabaristas urbanos y una sociedad que busca recuperar la ciudad que hace pocos años aún tenía.

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