La conducta de altos mandos y exjefes de la Policía Federal como Armando Espinosa de Benito y Sergio Quiroz Padilla –protagonista de este reportaje– muestra que las corporaciones no se han saneado. Lejos de eso, sus abusos y probables delitos siguen impunes o, peor aún, se les premia con ascensos y medallas siempre y cuando colaboren a mantener el indecoroso estilo de vida de sus superiores.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Tras la publicación del reportaje “El policía millonario” (Proceso 1910) Armando Espinosa de Benito, exjefe de la División de Investigación de la Policía Federal (PF), y su familia, cerraron súbitamente sus cuentas de Facebook donde durante meses exhibieron su excentricidad de ricos y bienes por más de 38 millones de pesos, que no se justifican ni con todos los salarios que el exfuncionario percibió durante los 12 años que permaneció en la Agencia Federal de Investigación (AFI) y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal.
Pero la historia continúa. Se relaciona con él a Sergio Quiroz Padilla, exjefe de unidad de la División de Investigación, quien se hizo rico en tiempo récord, igual que su protector. De hecho se le abrieron dos averiguaciones previas y existen señalamientos de que derrochaba dinero en efectivo y exigía regalos costosos a sus subalternos como cuota del botín que obtenían abusando de sus cargos.
En 1999 Quiroz Padilla, originario de la colonia Guerrero, era cadenero de los giros negros del Grupo Titanium en la Ciudad de México. Con sólo la preparatoria terminada, en diez años se convirtió en director de la Sección Segunda del Estado Mayor de la PF. En 2011 lo nombraron coordinador de Investigación de Campo de la División de Investigación de la PF. A sus 43 años, ahora es uno de los nuevos integrantes del equipo de seguridad de Grupo Carso, que encabeza precisamente el “policía millonario”, Espinosa de Benito.
Éste lo llama “el limpiafocos”, por su estatura (dos metros). En las oficinas de la PF en Legaria, donde lo recuerdan por escupir, patear e insultar a sus escoltas, prefieren el apodo de Jaime Duende, como el personaje de alcohólico patán que interpreta el actor Facundo.
Hace unos años, cuando estaba en la AFI, Quiroz Padilla registró como su domicilio un departamento en la Unidad Revolución, en la avenida Politécnico Nacional, donde vive su madre, la pensionada del IMSS Guadalupe Padilla Gallo. Sin embargo, posee una residencia con valor comercial de 9 millones de pesos en Fuente del Saber 46, Fuentes del Pedregal, delegación Tlalpan.
Además tiene tres inmuebles en el Estado de México y Morelos (Lomas de Cocoyoc), que valen más de 13 millones, una colección de motocicletas y vehículos de lujo como la camioneta Lincoln que esconde en uno de sus predios, así como una colección de relojes Rólex y Hublot.
No hay comentarios:
Publicar un comentario