martes, 19 de febrero de 2013

Incesto, abuso infantil y tráfico de órganos, otras prácticas de la secta Defensores de Cristo


Ignacio González de Arriba, conocido como el Maestro fénix. Foto: Especial
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- La secta “Defensores de Cristo” indujo a sus seguidores a practicar el incesto, cometer abusos sexuales contra menores de edad y practicar el tráfico de órganos.
“México ha sido la sede de la secta más destructiva y peligrosa que haya visto”, declaró en rueda de prensa el abogado argentino Héctor Walter Navarro, presidente de la Red de Apoyo para Víctimas de las Sectas, tal vez el jurista de Latinoamérica con más experiencia en la materia.
Esta mañana fueron presentados testimonios de víctimas de la secta fundada por el español Ignacio González de Arriba, “Maestro Fénix”, quien se proclamaba la reencarnación de Cristo. Las afectadas narraron que fueron obligadas a comer vísceras, practicar la poligamia y fueron sometidas a encierros.

Blanca Castro, una de las víctimas, denunció que fue obligada a permanecer días enteros sin comer, a comer vísceras de animales crudos y cometer orgías. Uno de sus hijos, menor de edad, debía ver pornografía para prepararse para practicar la poligamia cuando fuera adulto. Y una menor de once años fue casada por la fuerza con un hombre de 40.
El 25 de enero pasado fue detenido el líder de la secta, que operaba en México desde 2010, primero en Coahuila y posteriormente en Nuevo Laredo, Tamaulipas. Mediante el internet, la organización tenía alrededor de cuatro mil simpatizantes de 80 países.
La secta publicaba anuncios en internet en los que prometía enseñar a ejecutar milagros: resucitar, devolver la vista a ciegos, comunicarse con ángeles, matar demonios, obtener fuerza como la de Sansón, generar un corazón o hígado nuevos, eliminar el dolor, aumentar el tamaño del pene, atravesar paredes… Un total de 343 poderes sobrenaturales. Los cursos tienen un costo desde mil 300 hasta 130 mil dólares.
La Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra) de la Procuraduría General de la República (PGR) fue la responsable de la investigación, que derivó en la captura del “Maestro Fénix”.
Norma, otra de las víctimas, relató en rueda de prensa que los líderes de la secta le prometieron que le regenerarían la matriz e incluso le devolverían la capacidad de embarazarse.
Los representantes de la red pidieron a la opinión pública que no se les juzgue como personas crédulas, pues el proceso de inducción a una secta es complejo y se basa principalmente en el maltrato y la manipulación psicológica.

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