MÉXICO, D.F., (proceso.com.mx).- “Creemos que El Chapo está escondido actualmente en El Petén, Guatemala, cerca de la frontera con México”.
Así decía el correo electrónico filtrado el 20 de febrero por Wikileaks, desde la cuenta reva.bhalla@gmail.com, proveniente de un analista de la consultoría estadunidense Straffor.
“Desde 2006 –agregaba el correo electrónico-, los Zetas (y el cártel de) Sinaloa desarticularon los cárteles existentes en el norte de Guatemala y tomaron su lugar”.
Este correo divulgado por Wikileaks inició la reciente “cacería” mediática contra el capo más poderoso del narcotráfico en América Latina, según la revistaForbes, que ha encumbrado a Guzmán Loera en la pasarela de los hombres más poderosos y millonarios.
Un día después, el ministro del Interior de Guatemala, Mauricio López, se adelantó a todas las otras instancias del gobierno centroamericano y afirmó que un enfrentamiento entre fuerzas policíacas y narcotraficantes en El Petén pudo haber conducido a la muerte de “El Chapo”.
“Hubo un enfrentamiento entre fuerzas de seguridad de Guatemala con narcotraficantes de San Francisco (Petén). Dos murieron. Uno de ellos es muy parecido físicamente a El Chapo”, afirmó López.
La versión corrió como reguero de pólvora en las redes sociales y medios electrónicos. Las cuentas en Twitter de Radio Caracol, de CNN México y de Univisión apuntaron a que “fuertes rumores” indicaban la muerte del jefe del cártel de Sinaloa. Incluso, CNN afirmó que “agentes de la PGR viajarán a Guatemala para investigar la supuesta muerte de El Chapo”.
Ni la PGR mexicana ni el Ministerio del Interior de Guatemala volvieron a emitir mensaje alguno antes de las 22:30 horas, cuando en El Noticiero con Joaquín López Dóriga el vocero del gobierno guatemalteco, Francisco Cuevas, afirmó que ni el enfrentamiento ni la identidad de los presuntos muertos están confirmados. Es decir, que era casi un invento completo de Mauricio López.
La versión de Cuevas contradijo lo que minutos antes afirmó ante CNN:
“Las fuerzas de seguridad quieren hacer todo el cotejo de huellas dactilares, fotografías y poder determinar si es, en efecto, El Chapo Guzmán o es una persona con rasgos parecidos”.
Los rumores dieron lugar a dos temas centrales en la noche del jueves 21 de febrero: #Petén, #Guatemala y #ElChapo hicieron referencia al esperado “anuncio” de la detención o muerte de quien ha encabezado el cártel del narcotráfico más poderoso en los últimos años.
Guatemala y Guzmán Loera tienen una relación antigua. Hace 20 años, exactamente en 1993, fue detenido Guzmán Loera en territorio guatemalteco por el entonces oficial y ahora presidente de Guatemala. “El Chapo” fue entregado a una delegación mexicana, encabezada por Jorge Carrillo Olea, exgobernador de Morelos y entonces responsable de las fuerzas de combate al crimen organizado.
La fuga de “El Chapo” Guzmán de Puente Grande, en 2001, marcó el inicio de su ascenso espectacular como jefe del crimen organizado durante los doce años de gobiernos panistas.
Nunca lo volvieron a atrapar ni a “encontrar” los responsables de los gobiernos de Vicente Fox, de Felipe Calderón, ni las administraciones de Sinaloa, Durango, Morelos o Chiapas, a pesar de continuos testimonios de obispos, adversarios y funcionarios menores que señalaban haber visto a “El Chapo” en estas entidades.
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