Durante su trayecto por el sur de Ensenada, Baja California, fue descubierto un cargamento de dos toneladas de mariguana en un autobús custodiado por policías federales, cuyos bultos simulaban ser pasajeros.
Agentes de la Procuraduría General de la República (PGR) detectaron al camión –escoltado por una patrulla de la División Caminos de la Policía Federal por instrucciones de un jefe identificado como Piña–.
El autobús, conducido por Leopoldo Zepeda Cisneros, realizaba un trayecto desde el poblado de San Quintín hacia la frontera con Estados Unidos, pero fue requerido para revisión federal a la altura del poblado San Vicente, por lo que los policías pretextaron haber recibido órdenes de realizar un recorrido de vigilancia por la carretera Transpeninsular.
No obstante, Zepeda Cisneros dio a conocer que la patrulla realizó la custodia de la unidad 41 de la empresa Transportes de Pasajeros de San Quintín desde su punto de origen e incluso cruzaron varios retenes y puestos de vigilancia militares y policiacos.
Al realizar la inspección del camión urbano, los agentes descubrieron que 84 costales de plástico blanco fueron acomodados en los asientos de manera tal que pareciera que transportaba personas, aunque en realidad era una carga de una tonelada 900 kilogramos con destino al mercado estadunidense de la droga.
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