Los daños que han dejado "Manuel" e "Ingrid" son incalculables por las autoridades, según dicen.
El gobierno mexicano recibió una oleada de críticas por empeorar la situación de cara a los desastres naturales causados por los huracanes "Manuel" e "Ingrid" debido a una mala planeación, a la falta de una estrategia de prevención y a la corrupción.
"Los gobiernos no son responsables de la ocurrencia de los fenómenos meteorológicos, pero sí de la prevención de sus efectos", indicó la organización mexicana sin fines de lucro Centro de Investigación para el Desarrollo (Cidac) en un editorial en su página de internet en el que critica un programa federal para mejorar la infraestructura y reubicar a comunidades actualmente en zonas de riesgo de inundaciones.
"El Programa Nacional Hídrico (PNH) estaba repleto de buenas intenciones, pero su ejecución fue, a lo más, pobre", indica.
El presidente Enrique Peña Nieto y el gobernador del estado de Guerrero, Ángel Aguirre, viajaron ayer a la Pintada, un remoto pueblo montañoso cafetalero al noroeste de Acapulco, lugar de la peor tragedia individual provocada por las dos tormentas.
Mientras tanto, las autoridades buscaban ayer más víctimas y seguía evaluando los daños que dejaron las tormentas, en tanto que se encontraron los restos de un helicóptero de la policía federal que se estrelló durante las labores de rescate. Todos sus ocupantes murieron.
"Ingrid" y "Manuel" azotaron simultáneamente las dos costas de México el pasado fin de semana, generando enormes inundaciones a lo largo de cientos de kilómetros de zonas costeras y tierra adentro. Hasta ahora, 101 personas han muerto, sin contar las bajas del helicóptero ni otras 68 desaparecidas.
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