Después de que habitantes de la comunidad de Ayotitlán denunciaron que un comando se había llevado esta madrugada a Gaudencio Mancilla Roblada, representante legal del Consejo Mayor de la Sierra de Manantlán, la Fiscalía General del Estado aclaró que esta dependencia lo detuvo por portación ilegal de arma de fuego.
Testigos que presenciaron el arribo de cinco camionetas al predio La Guayaba, en el ejido de Ayotitlán, Cuautitlán de García de Barragán, Jalisco, informaron que de éstas se bajaron hombres armados que allanaron la casa de Gaudencio, y que se lo llevaron al igual que a su hermano Bonifacio Mancilla Roblada y a Gerónimo Flores.
Según la Fiscalía, acudieron a la comunidad porque recibieron un reporte de que había presencia de gente
armada. Al no encontrar nada, aseguran, un hombre salió de su casa con una pistola nueve milímetros para amenazarlos. Por esa razón entraron a su casa y ahí encontraron propaganda sobre la creación de policías comunitarias.
Los elementos estatales lo arrestaron por portación ilegal de arma de fuego y lo trasladaron al ministerio público federal adscrito en Autlán de Navarro, Jalisco. A Gerónimo Flores ya lo liberaron.
En diciembre de 2012, en el ejido de Ayotitlán se habían realizado reuniones informativas sobre la creación de una policía comunitaria con autoridades de los tres niveles de gobierno, y en otras dos ocasiones durante los primeros meses de 2013. En esos encuentros, el Consejo Mayor de la Sierra de Manantlán entregó a las autoridades trípticos sobre esta propuesta.
Estos hechos se dan justo después de que Gaudencio Mancilla asistió el pasado 17 y 18 de agosto a la Cátedra Juan Chávez Alonso, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, a donde asistieron integrantes del Congreso Nacional Indígena.
En el pronunciamiento que emitieron se denunció “que los malos gobiernos y las empresas trasnacionales se han valido de grupos paramilitares para imponer megaproyectos extractivos mediante la explotación ilegal de minerales y maderas preciosas, particularmente en la costa Nahua y la Meseta Purépecha de Michoacán, y en la comunidad nahua de Ayotitlán, en la Sierra de Manantlán, Jalisco”.
El integrante del Consejo de Mayores ha sido uno de los principales opositores a las mineras y a la tala ilegal en la Sierra de Manantlán. En julio de este año ya había entrado a su casa un comando, pero el nahua alcanzó a esconderse en el monte.
Después de la desaparición de su compañero Celedonio Monroy, en octubre de 2012, Gaudencio Mancilla advertía que en Ayotitlán se vivía una época “crítica”, de persecución de las “personas finas” del pueblo, “porque no crean que no sabemos que aquí hay mucho interés por el maderal y los minerales, y que por eso nos han ido quitando territorio desde que éramos la Pequeña República de Indias de Ayotitlán”.
Por las amenazas que había estado recibiendo Gaudencio Mancilla, su hermano Bonifacio se había mudado a vivir con el, como una medida de seguridad.
Después de la desaparición de Celedonio, Mancilla Roblada quiso impulsar la creación de una policía comunitaria para resguardar los bienes naturales del territorio de Ayotitlán, para lo cual convocaron al gobierno del estado,
al Ejército, al gobierno municipal y a los diputados de la Comisión de Asuntos Indígenas.
En diciembre de 2012, en una reunión en la que se analizó esta propuesta, el nahua comentó que desde hace décadas “se nos vino un pulguero que quería mineral… se lo llevaban hasta en burros. Los veíamos por todos lados rascando la tierra. Y luego llegaron estos nuevos a buscar la madera fina, pero ahora ya buscan a las personas finas, las que defienden su pueblo”.
En su intervención durante la Cátedra Tata Juan, Gaudencia Mancilla denunció que su comunidad ha sufrido el despojo de sus territorios y sus ríos. “Antes teníamos una empresa maderera, la comunidad los tuvo que sacar. Y entra la empresa Peña Colorada, una minera que se está llevando el recurso sin la autorización de la comunidad. Ahora llega un pulguero de mineros, que ahora sí están a la brava, con pistola en mano, quieren y están robando el material rocoso de las minas. ¿Qué están haciendo estas gentes? Acabando con el agua, con los recursos naturales, con todo, y a la fuerza, compañeros”.
Agregó que actualmente ya no pueden parar a las mineras y que en julio llegó un grupo de hombres armados que le dijo a su familia: “Pos venimos a platicar con su marido, queremos trabajar las minas, las minas se van a trabajar, están dando mucho recurso y lo vamos a hacer. Pero el que trate de parar un camión o esas minas, nunca lo van a volver a ver. Pero, por eso le agradezco a todos los hermanos y hermanas del Congreso Nacional Indígena, que estemos atentos, ¿Por qué atentos? Porque que esto va a seguir, a la mejor la comunidad se va a atrever a parar a los mineros y no sabemos quién se vaya, pero si yo agradezco a todos los hermanos del CNI que somos parte y a todos los hermanos zapatistas”.
La empresa que opera en Peña Colorada es Ternium, la misma que extrae hierro en la comunidad de Aquila, Michoacán.
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