Momentos antes de que arrancaran los trabajos del simposio México-EU sobre legalización de mariguana, una reportera estadunidense se plantó frente al expresidente Vicente Fox y le preguntó sobre la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán en los albores de su sexenio.
Mientras Fox susurraba a la reportera “luego lo platicamos tú y yo en corto”, otro de los patrocinadores del simposio, Jamen Shively, exdirectivo de Microsoft, no hallaba como eludir a la prensa que lo interrogaba sobre el fraude por el que fue acusado en Sinaloa por su socio mexicano, el ingeniero César Adrián Sandoval Molina.
Sandoval Molina denunció incluso el vínculo amistoso entre Fox y Shively, quien fue prófugo de la justicia mexicana por defraudar al gobierno de Sinaloa.
La organización del simposio no ha sido la mejor. Fox y Shively convocaron a expertos estadunidenses y mexicanos, algunos de los cuales declinaron por diferentes razones, como el escritor Héctor Aguilar Camín, quien canceló su asistencia al panel sobre la criminalización de las drogas por cuestiones de salud.
Entre los invitados destacan puros foxistas: como el exvocero, Rubén Aguilar; el excanciller, Jorge Castañeda, y el extitular de Salud Julio Frenk.
Otro de los ausentes será José Miguel Insulza, secretario general de la OEA. Su lugar será ocupado por un enviado personal.
Los organizadores del evento presumieron que alrededor de 300 personas acudieron a la primera jornada, pero lo cierto es que menos de 60 pagaron su cuota de mil pesos.
En realidad, una gran parte del auditorio –que luce butacas vacías– lo integran representantes de los medios de comunicación.
Y precisamente cuando una representante de un medio estadunidense preguntó a Fox su posición como impulsor de un debate sobre la legalización de la droga, mientras en el inicio de su sexenio se había dado la fuga del principal líder del narcotráfico en México, El Chapo Guzmán, de inmediato los moderadores atajaron a la reportera y le hicieron saber que ese no es el tema del simposio.
“Luego lo platicamos tú y yo en corto”, atajó Fox.
Otro que ha evadido a la prensa es el exdirectivo de Microsoft, Jamen Shively, luego de difundirse la denuncia de César Adrián Sandoval, empresario de Culiacán, quien demandó en 2002 al estadunidense por un fraude estimado en 30 millones de pesos.
Sandoval Molina fue socio de Shively y de una mujer, Sonia Florian, en una empresa (Shively Internacional) que ofreció servicios de instalación de centros de cómputo en escuelas primarias y secundarias de todo Sinaloa, pero que en una primera etapa dejó de cumplir sus obligaciones al desintegrarse por una supuesta quiebra que, según la denuncia del empresario mexicano, fue simulada por Jamen Shively y Florian para despojarlo de sus acciones y sacarlo del negocio.
De hecho, Fox y Shively se conocieron en el 2001 en Sinaloa, cuando el entonces presidente panista acudió a inaugurar uno de los centros de cómputo instalados en tiempos del gobernador Juan S. Millán.
Ahora dedicado a la adquisición de centros expendedores de mariguana en los estados de la Unión Americana que han legalizado su consumo, Shively finalmente reapareció en México junto a Fox, después de que un juzgado declaró que el delito por el que era perseguido prescribió, según se quejó Sandoval Molina en declaraciones al semanario Ríodoce, al que habló de las triquiñuelas en la procuración e impartición de justicia en México que impidieron la aprehensión de Shively.
El empresario sinaloense entendió la benevolencia de la justicia mexicana hacia el exdirectivo de Microsoft cuando lo vio hace unas semanas junto a Fox en Seattle, en el primer foro que ambos efectuaron allá.
Pero para Shively esta demanda penal tampoco “es tema” y se ha negado a hablar sobre ella con los reporteros que lo han abordado al respecto.
“Ahorita estamos tocando temas del simposio de la legalización y del uso médico de la cannabis, y esos son los temas de ahora en el simposio… ahorita no tengo comentarios al respecto”, alcanzó a comentar mientras era arropado por su amigo el expresidente Fox y los escoltas de éste.
En el siguiente receso del foro se colocó un cordón para que Fox y Shively pudieran salir rápidamente del auditorio a comer sin que pudieran ser alcanzados por los incómodos reporteros.
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