La pobreza generalizada fruto de las recetas capitalistas dictadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) es actualmente uno de los principales problemas socio-económicos en Ucrania.
Los últimos datos dados a conocer por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) confirman que su nivel es uno de los más altos entre las repúblicas ex soviéticas.
Más del 25 por ciento de los habitantes de Ucrania es indigente y un 3 por ciento de ellos vive con menos de 5 dólares al día. Estos son datos dados a conocer por investigaciones sociológicas, los cuales se traducen en que alrededor de 11 millones de personas consumen menos que lo definido por las normas sociales locales.
Básicamente, casi uno de cada ocho ciudadanos pertenece a la categoría de extrema pobreza. Los expertos sugieren que esto afecta más a las mujeres que a los hombres, más a las personas ancianas que a los jóvenes y a las familias con niños.
La pobreza en Ucrania provoca una rápida disminución de la población. Según los datos oficiales, este índice desciende anualmente en unas 400.000 personas.
El precio de la electricidad en los hogares ucranianos ha subido un 139 por ciento desde 2011-, mientras el FMI presiona para que se eleve el precio del gas y realiza además grandes presiones sobre el gobierno para seguir privatizando servicios de importancia estratégica.
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