Las coorporaciones han utilizado el famoso "listón rosa" para aprovecharse de las ventas, mientras la mayoría de sus productos contienen químicos vinculados al cáncer de mama. La campaña "Think Before You Pink" está tratando de hacer algo al respecto.
Todos recordamos el famoso “listón rosa” contra el cáncer de mama que surgió a principios de la década de los 90. Este listón fue el resultado de que Charlotte Haley, una mujer de 68 años, estaba sumamente preocupada por la invasión de este tipo de cáncer en su casa (su hija, su madre y su abuela lo contrajeron) y porque el presupuesto para la prevención del cáncer sólo era del cinco por ciento del total.
Sus acciones, dirigidas hacia despertar a los legisladores para destinar más dinero a la investigación para la prevención, tuvo mucha atención de los medios. Tanto que empresas como Estée Lauder buscaron asociarse con ella. El problema fue que este tipo de empresas de cosméticos y farmacéuticas como AstraZeneca vendían productos para el tratamiento del cáncer, por un lado, y pesticidas cancerígenos, por el otro. Era lo que se llama un perfecto ciclo de provecho.
Sin embargo, en el 2002, después de mucha frustración y preocupación acerca de esta campaña del listón rosa, Breast Cancer Action lanzó el proyecto “Think Before You Pink” (“Piensa antes del rosa”). Su primera campaña “¿Quién se está limpiando realmente?” etiquetó a compañías que usaban el listón rosa más por beneficio propio que por la causa. El proyecto eventualmente comenzó a cambiar de una puramente monetaria a una causa medioambiental por el cáncer de mama.
Quizá su campaña más famosa fue el movimiento de “Yoplait: ponle tapa”, que llevó a que Dannon y General Mills, los fabricantes de Yoplait (que tienen dos terceras partes de los productos lácteos de Estados Unidos) a terminar el uso de la hormona rBGH, la cual era usada para estimular a las vacas lecheras a producir inmensas cantidades de leche. Hormona que estaba, por supuesto, vinculada al cáncer de mama.
Este año “Think Before You Pink” lanzó una campaña llamada “Se acabaron los tiempos tóxicos” que pide la legislación para prohibir toxinas en productos que causan cáncer y otras enfermedades de salud.
Actualmente en Estados Unidos hay más de 80 mil químicos en uso, y sólo una minoría de ellos –alrededor de 200—han sido investigados. Estos químicos se infiltran en numerosos cosméticos y productos como perfumes, cremas humectantes y productos para el cabello.
“Se acabaron los tiempos tóxicos” quiere legislar el requerimiento de etiquetas que aseguren que un producto es confiable. Además, están tratando de lanzar un sistema que investigue los químicos en productos que ya están en el mercado.
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